SigloXIX escribió:
Hola a todos.
Y en especial al Sr. Lemavo Feroz alma y guía de este hilo/escaparate al que solo le faltan las marcas de las naricillas como las que dejábamos en los escaparates (de hace 40 años) los que entonces esperábamos el tren debajo del papel de los Reyes Magos.
Todo lo que muestras, reconozco que no soy nada original, es una auténtica maravilla, desde Arellano, algún otro que aparece en este foro y algún trabajo de Carles Folch (Q. E. P. D.) -que no te llegan pero me fascinaron en su momento- no había visto nada parecido. La limpieza final de los modelos (la limpieza en el proceso) y todos los parabienes que te han dedicado están más que justificados, merecidos, etc.
Pero, como siempre que aparece en las fotos de algún compañero, me impresiona casi tanto como el resultado, el lugar de trabajo. Ese sitio intimo y personal donde las manos la vista y la atención se centran sobre una pieza de apenas 200 mm y te aleja del entorno por completo. No sé si tu taller albergaba (o alberga) algo más de lo que se ve, pero demuestra (y asombra) que con unos medios precisos, poco aparatosos y ganas de crear algo propio, el resultado está muy por encima de los medios de que, en algunos casos, se dispone.
Cuando conocí el lugar de trabajo de Arellano me impresionó que esos modelos saliesen de un lugar tan ajustado en espacio y posibilidades.
Ahora al ver el tuyo no he podido seguir siendo solo espectador de tu escaparate y quiero agradecerte que hayas levantado el cierre para que, los de fuera de tu circulo, podamos pegar la nariz al cristal (¡snif! ahora plasmas y TFT´s) y mirar dentro. Aunque sepamos que esos trenes no estarán debajo del papel.
Enhorabuena por tu trabajo.
Gabriel.
Siglo XIX
Gabriel: Me ha parecido muy interesante tu comentario sobre el lugar de trabajo del modelista, si me apuras un poco, incluso me ha emocionado porque me remite a aquellos tiempos heróicos. Este modelista, como la mayor parte de colegas empezó a trabajar en la mesa de la cocina, sobre una plancha de aglomerado o contrachapado, con un cuidado exquisito de no rayarla o mancharla porque te jugabas "el dormir en el sofá". También la inefable caja de zapatos con las pocas herramientas que entonces tenía. Un año después y tras duras, largas y humillantes negociaciones con "La autoridad doméstica", me concedió un rinconcito en el recibidor de la casa, al pie del armario de contadores que acondicioné como "micro taller" ¡Que feliz me hizo! Es el que se ve en la foto. Años después cerramos con mamparas el balcón y me fue concedido otro rincón ¡Que maravilla!....luz natural y vistas al Mare Nostrum con solo girar ligeramente la cabeza. Esta vez no hubo que negociar, ya ganaba algún dinerillo con el modelismo y las señoras son sumamente sensibles "al vil metal" Jordismp puede dar fe de ello ya que estuvo varias veces en casa (de mi mujer). ¡Ah, por cierto, la casa tiene 74 metros cuadrados! Hace 18 años cambiamos de piso, pero ese capítulo ya lo contaré, no quiero aburriros con mis batallitas de abuelo cebolleta.
Visité en varias ocasiones el taller de Joan Forné que cada vez que iba me obsequiaba con un café en una cafetería que tenía una camarera cubana que "quitaba el sentio", solo por eso merecía la pena la visita (es broma). También estuve muchas veces en casa de Carles Folc, tenía un cuartito pequeño para él solo muy majo. Allí pude admirar sus modelos navales, además de los ferroviarios. Yo también hago barcos. Hace muchos años visité el taller de Jaume Fernández, el de los tranvías, aunque también hizo cosas de ancho RENFE. Tenía UNA ENORME HABITACION en la planta baja de la casa,,,¡para él solo! Los hay afortunados.
Bueno, saludos y te repito que el tema del taller me ha parecido muy interesante.