269ymedio escribió:
Un tren plural, esa era la idea, malograda, pero buena idea. Un medio de transporte que llevara desde el mas humilde viajero al mas potentado. Recuerdo el cruce de mochileros con ejecutivos que esperaban en los viejos andenes, ancianas con bolsas de rafia con productos de la huerta para regalos a los familiares urbanos y trajeados viajeros con agendas de piel. En distintas clases de coches, es verdad, pero compartiendo el mismo tren y siendo solidarios con el trayecto.
Hoy, en mi ciudad están juntas la estación de ferrocarril con la de autobuses, en un lado los que pueden pagarse el AVE, a veces mezclados con los pocos afortunados quien, a pesar de lo difícil que es, han conseguido un billete de AVE por 25 euros. El resto de viajeros y mas numeroso, en la estación de autobuses, pasando calor o frío, según la época y multiplicando las horas del mismo viaje, unos llegaran a menos de dos horas al destino y los otros a cinco horas del mismo destino. Nunca como hasta ahora he podido notar la diferencia tan grande entre unos viajeros y otros, y eso que hablamos del siglo XX y el XXI.
Podéis pensar lo que queráis sobre mis opiniones, pero un medio de transporte plural y para todos a terminado siendo un transporte elitista y para gente con prisa para llegar a su preferente destino mientras que el resto, la mayoría, a sido desviada a la carretera y sus largas distancias y pocas velocidades.
Un saludo
Sin duda, la discriminacion económica es uno de los numerosos males que la alta velocidad ha traído; otro de los males -y no menos grave- es la terrible discriminacion territorial o geográfica. Las líneas de alta velocidad sólo tienen estación en las capitales más importantes, el resto de ciudades y pueblos ven pasar de largo los supositorios sin poder sacar el más mínimo provecho de esto; peor aún, las líneas convencionales que sí dan servicio a ciudades intermedias, sufren unas restricciones económicas tan agudas que apenas pueden ofrecer unos servicios en condiciones. Así que en este aspecto el daño del AV€ es doble: las nuevas líneas ofrecen servicios a pocos núcleos urbanos, y además absorben los recursos económicos necesarios para el mantenimiento y explotación de las líneas ya existentes. Ello deriva del norme déficit que suponen. Todo un DESASTRE al que se le tilda con el falaz eufemismo de "modernidad".
Saludos