269ymedio escribió:
Pues muy buen título le dabais en la Roda, te aseguro que el servicio era malo, y lo se por experiencia, frio en invierno, calor en verano, masificación si había, pero, ¿Cuál era el parque automovilístico privado de aquella época?, y no digamos el avión, autentico artículo de lujo por aquellas fechas. Para encontrar calidad en este trayecto hay que pasar una década mas tarde, con la llegada de los coches 10000, los 12000 y los 9000, se acabo el calor, el frio, el viajar en los pasillos y la lentitud. De lo que se desprende que al Sevillano, al catalán y al expreso de Barcelona le faltaba la calidad que en los ochenta les dieron los estrellas como el Gibralfaro o el García Lorca.
Un saludo
Más allá de la idoneidad de su denominación, el caso es que era uno de esos TRENES que te permitía viajar desde la estación de tu pueblo, a multitud de capitales y otras poblaciones, a un precio económico. Y eso, con el ferrocarril que nos han impuesto los políticos hoy en día, es MUCHÍSIMO. ¿Frío? ¿Lento? Seguro que lo era, aunque yo no recuerdo haber pasado en él frío, y el trayecto que yo hacía nunca pasaba de las 2 o 3 horas. Por supuesto que la llegada de los coches 10.000s y 12.000s supuso una mejora considerable, aunque me temo que lo de la lentitud iba más ligado al considerable número de paradas que hacía a lo largo de su enorme trayecto, por lo que yo lo veo más como VERTEBRACIÓN. Cuantas menos paradas, más rapidez; pero si es a costa de reducir el servicio que presta.... Volviendo al confort de los 8.000s originales, si lo comparamos con lo que nos ofrecían los autobuses Setra, Barreiros, Pegaso, etc., de aquellos años, este tren no salía tan mal parado, pues utilizando la carretera a la lentitud y al frío, deberías añadir los baches que había en las carreteras de aquellos años (el viaje por las carreteras de Cuenca era terrorífico) y los insoportables mareos causados por las innumerables e interminables curvas, algo totalmente desconocido en un viaje en el "Expreso Barcelona". En fin, sólo quiero puntualizar el hecho de que no es idóneo juzgar las prestaciones de un material en los años 80, bajo la perspectiva del confort que disfrutamos y exigimos hoy en día.
Saludos