En respuesta a los siguientes puntos:
1.- Nadie niega que haya contactado con el socio que menciona (*), ni (2.-) será necesario aportar facturas para ello, pero dicho socio no es un portavoz de la Asociación. Con lo cual, concediendo que haya tenido contacto con la Asociación en la figura de un socio, no se ha comunicado
oficialmente con la Asociación, como rezaba nuestro comunicado. Entendemos que aquí ha podido estar la fuente de todo este amargo malentendido.
3.- Evidentemente, no era la intención de la Asociación dañar imagen alguna, ni del periodista, ni mucho menos de la publicación, ni poner en juicio profesionalidad ni credibilidad alguna. El único objetivo era corregir el equivoco al que llevaba lo anteriormente narrado.
4.- Me alegro de que aparezca expresamente que no se atribuye responsabilidad alguna a la Asociación.
5.- Doy fe de que, tras la publicación del comunicado, Josu García se ha puesto en contacto con la Asociación, en la persona de su Tesorero (yo mismo), para aclarar todo este asunto, y que, efectivamente, hemos abierto una vía de comunicación directa que, nosotros también confiamos, servirá para evitar este tipo de malentendidos en el futuro. Lo que es más, a la luz de los nuevos acontecimientos podemos aceptar ahondar en esa colaboración. No extensible aun, por otro lado, al segundo articulista, con quien no hemos tenido aun contacto.
Yo también quiero aprovechar para agradecer a todos los que habiendo leído lo ocurrido, han apoyado a la Asociación a lo largo del intenso día de ayer.
Reciban todos un cordial saludo
Jon Sanchez
Tesorero de AAFBilbao
(*) A quien, me consta, no le gusta ser citado en foros públicos.
Josu escribió:
Hola soy Josu García, el periodista de EL CORREO que ha escrito el artículo que ha despertado gran polémica en este foro y en la Asociación Amigos del Ferrocarril.
Me sorprende todo este revuelo, cuando lo realmente importante, a mi entender, y de eso versa mi artículo, es el hecho de que tres trenes de un gran valor histórico hayan sido destruidos por las instituciones.
Dicho lo cual, deseo aclarar algunas cosas:
1.-Es rotundamente falso que este periodista no haya contactado con nadie de la mencionada asociación. El que aquí escribe habló con Carlos Cavia hasta en dos ocasiones para abordar este asunto. En la primera llamada telefónica se mostró dispuesto a colaborar y me pidió tiempo para consultar si la asociación salía públicamente a dar la cara con esta historia y denunciar lo sucedido o si por el contrario permanecía en silencio. En una segunda llamada, que se produjo varios días después, me transmitió que la entidad no quería hacer declaraciones y que (y cito textualmente) "conocían el hecho pero que no iban a valorarlo" por diversas razones (todos sabemos cuáles son).
2.-En todos mis años de profesión nadie había protestado por el hecho de que yo hubiera escrito que no quería hacer declaraciones. Me parece insólito lo sucedido. Como periodista me asiste la obligación de explicarle al lector lo que pasa, aún a riesgo de poner en peligro los frágiles equilibrios o los intereses de una asociación privada. Sólo he reflejado las escuetas palabras que el señor Cavia me transmitió. Conservo la factura del teléfono por si alguien quiere comprobar que esas llamadas existieron realmente.
3.-Que con el comunicado que ha difundido la Asociación se daña la imagen del medio para el que trabajo y la mía propia. Se duda de mi profesionalidad y se pone en cuestión mi credibilidad. Todo ello injustamente.
4.-En ningún momento el artículo atribuye a la asociación responsabilidad alguna por lo sucedido. Sólo en el último párrafo se alude a la entidad, cuyos fines son la preservación del patrimonio, mientras que en el resto del artículo (bastante amplio) se deja claro que la competencia de la destrucción de las unidades recae en Metro Bilbao. Es algo que es palmario desde el titular: "Metro Bilbao desguaza..."
5.-Que este periodista ha aclarado con el presidente de la asociación lo sucedido y ha asentado las bases para que algo así no vuelva, espero, a suceder.
Por último quería agradecer públicamente a las personas de este foro (algunas socios también de la asociación) que han colaborado en la redacción del reportaje con sus aportaciones tanto escritas como gráficas. Y aquellos que me pusieron tras la pista de esta historia (una buena historia) y no me ocultaron que en la asociación había gente partidaria de denunciar todo esto y no permanecer en silencio, como así ha sido finalmente.