Hola.
El camas ha acabado (como acaban muchos vehículos ferroviarios en España, abandonados o no tanto) al más hispánico modo: ardiendo. Y supongo que la cerilla la pondrían unos vándalos descerebrados.
Y ahora... ¿qué ha pasado con el amianto que, según habéis comentado antes, llevaba?, ¿se ha dispersado con el humo?, ¿habrá que llevar el churrasco -por camión, claro- a un sitio seguro para montar el poyo de la cubierta especial para el desmontaje de lo calcinado?, ¿se montará la cubierta especial in situ?, o ¿seguirá abandonado unos años más?.
Una prueba más de que, en España, la normativa va muy por delante de lo que las administraciones o entidades publicas son capaces de, o quieren, cumplir. Si este vehículo implicaba, por sus características constructivas, un desguace controlado, de ninguna manera debió quedar abandonado y con el riesgo de que lo fueran desguazando poco a poco y descontroladamente, o de que ocurriera lo que finalmente ha ocurrido.
Por cierto, el TER que ardió hace un tiempo en Bilbao, dentro de un recinto de ADIF, vigilado por Seguridad, y en el que, aun así, se permitía que pernoctase gente... ¿también llevaba amianto?.
Saludos,