De esta locomotora lo que mas recuerdo es el penacho de humo negro cuando pasaba por debajo del viaducto de Pretorio, el humo subía hasta los peatones que lo cruzábamos y era inevitable volver la vista y verlo pasar arrastrando un mercante. Tan trabajadora, con las huellas de tiempo en sus chapas. Buenas máquinas y duras como piedras.
Un saludo