En verdad, la deuda de gratitud la teníamos y tenemos los demás contigo Juanjo. Por darnos un museo como el has creado, en constante crecimiento además. Y aunque yo por lo menos aún no estaré del todo satisfecho hasta que tu retorno al museo sea completamente definitivo. Entre tanto ésta tropelía a servido para que de una vez por todas los aficionados nos unamos todos para caminar en la misma dirección. Creo que hemos de aprender de lo logrado en éste caso para aplicarlo más amenudo en todos los campos de nuestra aficción. Pero en cualquier caso, espero que sigas dedicándote durante muchos años al museo y puedas olvidar pronto éstas agridulces navidades que te han dado. Que no tiene perdón alguno que a te amargasen las navidades de ésta forma anunciándote éste atropello un 23 de diciembre, en las vísperas de las fiestas. Así que, AURRERÁ JUANJO.
Un abrazo Juanjo y sigue tirando para adelante.