Aprovechando los días de fiesta, bajo el sol del sur, he estado ‘mugreando’ este pitufo de Transfesa, el cual previamente también había sido ‘tuneado’ un poco:
Las transformaciones consisten, básicamente, en la construcción de unos bajos nuevos en evergreen: mecanismo de freno de estacionamiento, depósito de aire y de vacio, manetas de cambio de régimen, etc… También he cambiado las rejillas por otras más a escala, y he añadido portafaroles traseros y pasamanos laterales confeccionados con hilo de acero. Asimismo, se han eliminado los viejos enganches y se han sustituido por dos cinemáticas Symoba.
En cuanto al envejecimiento, he utilizado la técnica del lavado de isopropílico+pasteles en polvo (siena tostado, gris ratón y gris blanco) como capa base –y que simula muy bien los regueros verticales dejados por la lluvia-; para luego añadir algunos toques puntuales con aerógrafo. En este caso, la dificultad ha sido escoger los colores adecuados, ya que el azul de base del vagón es particularmente puñetero.
Le faltan todavía algunos detalles, como las escalerillas y las zapatas de freno, que también he reproducido con ayuda del evergreen.
En mi opinión, se trata de un trabajo modesto pero agradecido, porque se consigue un cambio radical respecto al vagón de origen con unas operaciones relativamente sencillas. En definitiva, una interesante manera de dar un pasito más para los novatos como yo.
Lo mejor de todo es que, con un par de éstos, las naranjas ya podrán circular en mi futura instalación.
Un saludo cordial.
P.D: Un espía sin identificar me comentó que hace bastantes años, todas las naranjas que producían los árboles públicos en Sevilla viajaban a Inglaterra en vagones similares, para acabar convertidas... en mermelada amarga

