GM333 escribió:
PortPirie escribió:
KINO escribió:
Por desgracia, hoy ya no hay trenes, ( o por lo menos los que nos gustaban ) y lo único que podemos hacer es recrear en nuestras maquetas y modelos lo que recordamos y lo que nos gustaría ver.
Hola.
Si que hay trenes hoy. En 1860 seguro que pensaban que las diligencias eran mas románticas; con sus traqueteos, sus postas y sus bandoleros. Dentro de unos años se añorará los viejos supositorios de alta velocidad; con su comodidad, rapidez, sobrecostes, mordidas y.... ¡bandoleros!


Recordemos solo lo que nos gusta... en cada época

No. Los trenes que tanto echamos de menos comunicaban ciudades con otras ciudades, pueblos e incluso aldeas; podías verlos como viajero o espectador, hasta incluso charlar distendidamente con los ferroviarios del propio tren... Los supositorios sólo comunican grandes capitales y además para acceder a los mismos es imprescindible ser viajero: se acabó eso de ir a la estación a ver trenes. Dudo mucho que con ese tipo de ferrocarril tan excluyente y cerrado haya mucha gente que se aficione al mismo, y menos aún que pueda tener unas mínimas vivencias que echar de menos. Basta con pasarse por una estación en la que no hace muchos años bullía la actividad y vida ferroviaria, actualmente es poco menos que un cúmulo de dependencias e instalaciones fantasmas. Y allí donde sigue habiendo cierto movimiento, lo normal es encontrarte con tornos y vallas que te impiden el paso. No se trata de una simple evolución del material, sino de la desaparición de un tipo de explotación ferroviaria en favor de una imitación al transporte aéreo, con todos los aspectos negativos que este conlleva.
Saludos
Completamente de acuerdo, GM333. Una cosa es el aspecto estético de los trenes o las estaciones, que simplemente es cuestión de gustos personales, y otra muy distinta, el servicio que se presta y la posibilidad o no de vivir de cerca las cosas.
Recuerdo haber leído, en palabras del antiguo Jefe de Estación de Arroyo-Malpartida, que cuando desaparecieron las antiguas compañías, desapareció el ferrocarril. Otros consideran que tal cosa ocurrió al desaparecer el vapor, y hay quien opina que "lo de Pirineos para arriba ya no son trenes". Es evidente que no es cuestión de "bonito o feo", sino de "me gusta o no me gusta". ¿Se puede convencer a alguien de la fealdad de los trenes aereodinámicos que parecen aviones, o supositorios? ¿Se puede afirmar que las estaciones modernas, super funcionales, son más feas que las viejas estaciones? Es solo cuestión de gustos, porque el gusto es absolutamente subjetivo.
Sin embargo, la funcionalidad o el servicio que se presta, y por supuesto la accesibilidad al tren, es un asunto objetivo. Y no hablo de si es adecuado o no lo es, por cuestiones de seguridad, rentabilidad o funcionalidad.
La Alta Velocidad o los trenes de altas prestaciones dejan sin servicio a millones de personas que viven en poblaciones pequeñas o medianas. Por ejemplo, en el proyecto de AVE a Badajoz, solo figuran paradas comerciales en Madrid, Talavera, Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, dejando fuera poblaciones como Illescas, Torrijos o Navalmoral de la Mata, por no mencionar el resto de pueblos que se quedan sin tren. Y eso, sin hablar de los precios, que sin duda echan a la carretera a una buena parte de los viajeros.
Por otra parte, desde el punto de vista de la proximidad, ahora hay que esperar en un aséptico vestíbulo (a veces oscuro y poco atractivo, como en Atocha-Cercanías) hasta unos minutos antes de la hora de salida. Ya no se tiene la posibilidad de llegar con tiempo de sobra, y presenciar el enganche de la máquina, y menos aún, el cambio de tracción en alguna estación de renombre. Y menos aún de ir como aficionado, cámara en ristre, porque se puede uno encontrar con algún qué otro vigilante o poli amenazante. Y no digo nada si se pretende transitar por las vías de una importante estación.
Es evidente, a mi entender, que con tantas dificultades para saborear el ferrocarril, aunque a uno le gusten los trenes de ahora, es bastante complicado aficionarse con las intensas vivencias de hace apenas unas décadas, incluso cuando el vapor se acabó, pero pudiendo oir el rugido de las diésel o el freno dinámico, los ventiladores de las eléctricas, o el traqueteo de las ruedas en las juntas de los carriles. Ahora es otra cosa que entiendo como muy poco atractiva.
Saludos cordiales.