Aunque sí que es verdad que pueda ser un tema subjetivo, hay ciertas características y actuaciones en el mercado ferroviario a escala que escapan a toda lógica, no sé si porque somos clientes rehenes de unas marcas en un mercado pequeño, o porque nuestra secular desunión o aislamiento nos impide actuar conforme a los cánones de clientes exigentes que fuera de este sector están a la orden del día.
Por ejemplo, por mucho que una marca no tenga inconveniente en solucionar los problemas de "piñonitis" de sus productos, me parece un defecto de fabricación de tal calibre que no sé porqué no se ha reaccionado como en el sector de la automoción, donde ante errores semejantes se ruega a los clientes que pasen por el taller correspondiente para reemplazar la pieza defectuosa sin esperar a que el cliente se encuentre con la desagradable sorpresa.
El tema de los respuestos es claramente algo que va contra la ley... y en cualquier otro sector ya habría una asociación de consumidores demandando a las empresas por dicho incumplimiento y al ministerio actuando en consecuencia.
Con estos dos pequeños ejemplos de la disfuncionalidad de este sector, es lógico que cuando luego se va a la calidad de los modelos, tampoco haya una línea clara de actuación por parte de todas las marcas... y propongan, por ejemplo, enganche corto sin topes funciones, matrículas que no se iluminan en ciertos modelos después de haberse iluminado en modelos más antiguos, accesorios que se doblan o se rompen con solo mirarlos... la lista es larga...
No entro en los errores de reproducción; para mí eso ya es tomadura de pelo y en general no compro dichos modelos. Excepción hecha de nuestros sentimentalismos, que siempre algún recuerdo de nuestra niñez hace que caigamos comprando algún producto a pesar de reconocerlos a simple vista. Otra disfunción de nuestro mercado, quizás. Estamos llenos de contradicciones, como el ferrocarril real.
Saludos
Carrington, esperando que los dientes que trae de fábrica no tengan problemas de piñonitis
Al parecer, talibán de la explotación ferroviaria a escala. A pesar de eso, me gusta un buen plato de spaghetti. De los de verdad.