Corail escribió:
En cuanto a lo que de verdad nos atañe. El problema de base que veo al modelismo ferroviario es la manufactura. El modelo de negocio se basa todavía en juguetes ready to play y eso implica que todo queda supeditado a eso, incluso la rigurosidad y realismo en la reproducción. El tener que hacer moldes de piezas que no apenas pueden dar juego para las diferentes versiones o modificaciones del modelo real implica un coste desorbitado del producto final y el problema es que esos costes son fijos (diseño y fabricación de moldes), lo de series "pequeñas" o "cortas" yo lo veo muy complicado por el tema de amortización.
Otra cosa es que se variase el modelo de negocio y se orientase más a lo que de verdad es el modelismo: la fabricación del modelo. Eso permitiría tantas variaciones y modificaciones como se quisiese, tal y como sucede en militaria, además de un negocio adicional de mejoras, upgrades, etc. Ahí sí veo futuro.
Pero está claro que estos "pequeños artesanos" que experimentan con nuevas formas de diseño y manufactura son la clave.
Saludos
Carrington escribió:
¿Una posible solución? Kits, kits y más kits de transformación. Los ingleses saben unas cuantas cosas de esto.
Creo que los compañeros Corail y Carrington dieron con la clave del futuro, o parte, en la primera página del hilo. Estoy convencido de que el futuro de este
hobby en su aspecto comercial debe ir hacia la normalización del modelismo con respecto a otras disciplinas: kits. No sólo de transformación, como apunta Carrington, sino en general de los modelos completos.
Las posibilidades de personalización y de diversificación que permiten con respecto a los gastos de producción suponen un ahorro más que considerable. Es decir: lo que en una producción normal se ve limitado porque cambiar un detalle supone realizar un molde completo nuevo, con un coste elevadísimo, y que si no va a haber demanda suficiente se descarta, pasa a ser cambiar simplemente una pieza por otra dentro del proceso de montado del kit. O tener el modelo con una matrícula concreta y con detalles particulares que, como digo, en una producción normal serían impensables, al menos para un mercado tan reducido como el nuestro.
Pongo un ejemplo que me venía a la mente esta tarde: las 308 de Mabar. Como se comentó en su momento, las versiones de estas locomotoras comercializadas por el fabricante no son muy acertadas. La tirada normal de la versión verde y amarilla (la que debería ser época IV) corresponde al estado actual de la 308.017 de
ARMF, modernizada con freno dual (comienzos de los 90) pero pintada a imitación de los años 70 y 80, mientras que la versión normal de época IV, representada por la 308.010, fue una serie limitada de solo 150 unidades para tres comercios valencianos; y la única roja y gris, la 308.027, viene con logotipo de la UN de Cargas y las inscripciones blancas (también, por cierto, la matrícula, que debería ser gris), tal como en sus últimos años.
¿Pero qué pasa si uno quiere una auténtica versión época IV y no ha podido hacerse con la serie limitada, o una roja y gris recién repintada, antes de llevar logotipo de UN y con las inscripciones en gris? Tiene que hacer virguerías. Si fuera un kit, uno simplemente decide durante el montaje si la quiere con freno dual o con calderín, en qué esquema la quiere pintar (incluidos tonos de los colores), con qué inscripciones, incluso quizá la matrícula que quiere. Por supuesto, hablando de un kit de calidad.
Con este planteamiento podrían ver la luz modelos con poca tirada. Pienso en la GL-12, 1401 o 314.001, de la que saldrían todos sus estados escogiendo entre una u otra máscara para la pintura y su hoja de calcas correspondiente (y en gran parte, comunes), amén de algún elemento, como las barandillas, que cambia según versiones. También para los coches, que con solo modificar un lateral, elementos de los bajos e interior se pueden obtener series enteras como los 5000, manteniendo techos, bastidores y testeros comunes.
Las posibilidades que permite esto se multiplican con respecto al de un modelo terminado, así como el precio bajaría también, aunque hay que añadir costes de materiales para su realización. Y permitiría ahorrar aún más a aquellos a quienes no les importa que el modelo tenga funcionalidad o no en el caso de que la motorización se venda como accesorio opcional. En el caso de los modelos ibéricos, tener un ancho de vía exacto si se renuncia al funcionamiento. Los menos manitas quizá se echarían las manos a la cabeza, pero si de verdad son puristas para apreciar las posibilidades que ofrece un kit, estoy convencido de que no tendrían reparos en encargar a alguien su montaje. Posiblemente en total les saldría por un precio similar al de un modelo terminado, tal vez algo mayor, pero estaría elaborado a su gusto y deseo.
Además, los kits no solo permitirían tener un mayor número de variantes de un modelo de un modo mucho más sencillo, sino que de esta forma se atraería al modelismo ferroviario a muchos modelistas que practican otros ámbitos (coches, aviones...) porque a día de hoy la oferta de modelos ferroviarios para construir es casi inexistente y la práctica actual de los trenes como juguete detallado se aleja de su afición a la construcción.
Por otro lado, otra parte del futuro del modelismo ferroviario será la impresión 3D cuando esté perfeccionada. No creo que sea incompatible con los kits, y sin duda se convertirá en un gran enemigo de las marcas, que tendrán que saber reciclarse adecuadamente si no quieren ser devoradas por el desarrollo y la fabricación doméstica de los modelos, acorde al nivel de exigencia de cada uno. Lógicamente, para ello, alguien tendrá que seguir haciendo vías, motores, ejes...
Un saludo.