Esto que has escrito, ¿es en serio? ¿Dónde están los datos? ¿las estadísticas? ¿los tantos por ciento?
Aunque considero que mis conocimientos de historia son de nivel medio, no estoy en absoluto de acuerdo.
Una cosa es que un compañero del foro se haya despistado (como nos despistamos todos) y haya escrito que en 1932 no había nazis. Otra cosa muy distinta es acusar a la casa ASEA (y de paso a la oligarquía española) de adoptar un símbolo de Hitler por querer "estar a la moda".
Entiéndaseme, a mí me dan igual la oligarquía española, vasca, catalana o manchega; es más, habría reaccionado de la misma forma si hubieses dicho la italiana o la francesa. Ser hijo de obrero es lo que tiene, padecer una especie de alergia a los explotadores, terratenientes, grandes de España y similares.
Pero una cosa es que dentro de Alemania los nazis tuvieran una fama y apoyo crecientes de millones de seguidores y que incluso esa fama fuese conocida por los alemanes que vivían en otros países europeos, y otra, muy distinta, es pretender que dicha popularidad estuviese extendida por todos los confines de Europa antes de las elecciones de 1933 hasta tal punto que influyera en la decisión de una empresa sueca para que bebieran los vientos por ellos y colocaran el simbolito del "amigo" Adolf en sus productos.
La esvástica es un símbolo ancestral, cierto, pero, que yo recuerde, y esto es lo que la diferencia de la tradición anterior, la nazi está girada 45 grados y aparece unida a los colores rojo y blanco. Así que yo no veo influencia nazi en la esvástica de ASEA por ninguna parte, apunte ésta al este, al oeste o al mismísimo estrecho de Oresund. Y el hecho de que la casa ASEA retirara el símbolo a partir de 1933, y no antes, debiera decirnos algo.
Por cierto, muy del pensamiento occidental (y cristiano/católico, para más señas) decir que hay una esvástica buena y una esvástica mala, dependiendo de la orientación. Más que eso, uno de sus muchos significados aboga por dos ideas contrapuestas, creación-destrucción, vida-muerte, etc. La diferencia fundamental es que ni la idea de creación ni la de destrucción llevan adosado un juicio moral, como tantas veces nos gusta a los occidentales añadir a las cosas.
Puede que esté equivocado, claro, no soy para nada historiador. Pero es que generalizar por generalizar...
Saludos
Carrington, pensando en si el amigo alemán de su abuelo hablaba mirando al este, al oeste o al estrecho de Oresund.
Al parecer, talibán de la explotación ferroviaria a escala. A pesar de eso, me gusta un buen plato de spaghetti. De los de verdad.