Testimonio escrito de D. Luis Sánchez Bernabe, tras 20 años jubilado en RENFE.
"El próximo día 30 del presente hará 20 años que en la estación de Canet de Mar y con uniforme reglamentario, gorra roja y banderín rojo enrollado, hice sonar por última vez, mi silbato de dos sonidos, para dar la orden de “marche el tren” al 25629 con destino Massanet a las 14,11 horas, habían pasado más de 32 años ,desde el día 10 de Febrero de 1,970 que lo hice con el 25902 con destino Barcelona Término a las 6,13 horas.
Terminaba en ese momento mi vida activa de “ferroviario”, que se inició el día 1 de Junio de 1,962 con mi ingreso en la Cuarta Promoción De Zapadores Ferroviarios en el Cuartel de Cuatro Vientos en Madrid.
Después de tres años de formación y prácticas, referentes a la vía, renovaciones, conservaciones, soldaduras etc. el día 30 de Mayo fui destinado con 14 compañeros más, a Mataró (Barcelona), éramos de distintos lugares de España, pero después de tres años de convivencia y con 22 años el mayor, funcionábamos como una familia numerosa, llegamos el día uno de Junio del 65.
La circunstancia de haber sido el número uno de mi promoción, me proporcionó la ocasión de no tener que ir a la vía, porque el Jefe del Distrito 531 (sobrestante), me reclamó para la oficina que estaba situada en la estación de Mataró.
Los sueldos eran pequeños, no llegábamos a 2,000 pesetas al mes y volví a ejercer de “conseguidor” como durante los tres años de militares, fui a visitar al Jefe de la 53ª Sección D. José María Alcrudo ( malagueño) y en menos de mes y medio teníamos en Mataró unas estancias equipadas con dormitorio con literas, comedor, cocina servicios y mobiliario para diez personas y otro similar en Arenys de Mar al que me fui yo, con eso eliminamos el gasto que hubiera supuesto un arrendamiento o alojamiento en una pensión.
Con nosotros se formó una brigada volante, conseguimos que la jornada fuese intensiva de 7 a 15, que uno hiciese de cocinero, estando liberado del trabajo porque los demás harían su parte, conseguimos elementos de seguridad, guantes, calzado etc, y lo más importante era que nuestras mejoras también fueron aplicadas a todas las brigadas del Distrito y los componentes de estas, que recibieron con recelo a los “militares”, nos respetaban y nos estimaban en menos de tres meses.
Yo estaba ilusionado con seguir en Vía y Obras, porque mis conocimientos eran sólidos, el Sobrestante me enviaba de apoyo a los Capataces en los montajes de cambios y cruzamientos, o renovaciones dentro del distrito 531 que empezaba en el Km. 6 (Estación de San Adrián de Besós) hasta Massanet-Massanas.
En 1,966 se hizo público en la 53ª Sección de Vía y Obras de Barcelona un concurso para acceder a la categoría de Obrero 1º de Vía y Obras, el cargo anterior a Capataz, y cursé mi solicitud porque estaba prevista para Noviembre, que ya tendría cumplidos los veintitrés,(curiosamente en RENFE primaba la edad sobre la formación o conocimientos, no se podía ser Obrero Primero con menos de 23 años, ni Capataz con menos de 27) pero ocurrió de una “extraña” manera que lo adelantaron al 18 de Octubre, me faltaba un día para los veintitrés años, quedaba fuera de concurso, mi disgusto fue mayúsculo y le dije al Sobrestante Francisco López Monge, hoy ha terminado mi “carrera” en Vía y Obras.
A finales del 66 la 53ª Sección convoca concurso para Engrasador de enclavamientos con residencia en Gerona, me presenté y la conseguí, ya dejaba a Vía y Obras año y medio después de licenciarme, había cambiado de servicio.
El tiempo que estuve de engrasador, sin duda el mejor de mi vida de ferroviario, mi trabajo consistía en cuidarme de que las transmisiones de señales mecánicas y cambios estuviesen siempre en las mejores condiciones de funcionamiento.
Mi zona de trabajo, todas las estaciones desde “La cantera de Sils” hasta Colera, la recorrí muchas veces y disfrutaba del aire libre, de los distintos paisajes, si terminaba pronto me daba un paseo por el pueblo a conocerlo un poco y de paso en busca de algún producto como el pan en San Miguel de Fluviá o la butifarra de la tienda-estanco de Bordils.
Estaba muy contento en enclavamientos, el jefe y los dos oficiales eran mucho más mayores que yo y me veían como un niño, uno de ellos era el padre de dos compañeros de mi promoción y me trató siempre con mucho afecto.
Pero a primero de 1.969, llegó al taller una circular de RENFE con una convocatoria nacional para “factores autorizados”, con un número determinado por Zona (había 7), hice mi cálculo, en enclavamientos con el paso de muchos años podía llegar a Jefe de brigada, que estaba en el grupo salarial del factor, así es que instancia al canto.
Conseguí el número dos en la 5ª Zona y al cursillo de un año de duración, nos llamaron los “Factores del millón”, porque calcularon que era el gasto que surgía de nuestra ausencia en nuestra plaza y lo que costaba cubrirla con gastos extras (dietas , destacamentos).
La formación de aquel cursillo desarrollado por Inspectores de Movimiento y de Comercial, terminó con todos aprobados y acoplados a nuestras residencias de origen.
Mi residencia era de la que procedía, GERONA, pero en Febrero de 1,970 se produjeron dos vacantes en Canet de Mar, (donde vivía desde que llegué a Cataluña) y me destacaron hasta que se cubriese por concurso de traslados y ya me mantuve hasta el 30 de Septiembre de 2.002.
Este fue el tercer y definitivo cambio de servicio en RENFE, cuarenta años en activo y dos en el desempleo.
Como podéis comprobar entre mi etapa en Mataró y la de enclavamientos en Gerona en pateado la línea de Barcelona a Port bou por Marina completa.
Tengo que resaltar a los que conocéis algo de mi vida que yo la divido en tres etapas, la primera hasta la muerte de mi padre el 16 de Marzo de 1.954, la segunda desde esa fecha hasta el 1 de Junio de 1,962 que empieza la tercera hasta el día de hoy.
Poco más de dos folios no son suficientes ni mucho menos para relatar una vida laboral, en este caso la mía en RENFE, tendría que completarla con la que inicié con doce años de zapaterillo, y con dieciséis de dependiente de droguería, lo que supone un tiempo de cuarenta y ocho años sujeto a horarios de entradas y salidas.
Pero bueno aquí estamos, gracias a Dios, con salud y con ganas de seguir.
Un abrazo a los jubilados y por supuesto a los que algún día lo seréis."
Canet de Mar 28 de Septiembre de 2.022
(Foto del paso del Tren del Centenario por Canet de Mar)
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