El regional LinaresBaeza-Granada empezó a morir cuando llegaron los TRD 594 y se modificó el Corredor Trasversal para convertirse en el Sevilla-Almería, con una Granada pasante; entonces los 596 se hicieron cargo del servicio por la provincia olivarera pero a la vez iniciando una saga consecutiva de horarios catastróficos y desafortunados -a conveniencia de la compañía y no del viajero- que duran hasta hoy día, y que nunca han permitido mejorar ni por asomo los niveles de ocupación que tenía cuando era un tren de jornada, que aunque siempre discretos de todos modos, antes eran medianamente decentes
No olvidemos tampoco que la zona que recorre esta línea es una de las comarcas más despobladas y deprimidas desde el punto de vista socioeconómico, si no la que más, de toda Andalucía
El ajetreo que Moreda tenía hace poco más de 15 años atestigua que en su día el servicio se planteaba de forma coherente:
A las seis de la mañana, separar las ramas del madrileño Sierra Nevada, la almeriense con el Alcazaba de Sevilla/Cádiz, y la granadina a hacer tiempo para no llegar demasiado temprano, tanto que le rebasa la correspondiente rama del Catalán, que entonces solía ir acoplada al Gibralfaro de Málaga. A las nueve y pico, primer ajetreo: llega el 592 protagonista desde Linares, acto seguido el que viene de Granada y va para Almería: enlazan en el mismo andén para facilitar el trasbordo del tren de Linares al de Almería, y permitir además por la mañana la conexión Granada-Moreda en ambos sentidos. La llegada de la rama almeriense del García Lorca deja salir al Camello hacía la Hoya de Guadix y la llegada de la otra rama permite continuar viaje al linarense. Se unen ambas ramas, locomotora de reserva en Moreda, y saliendo hacia Linares
A eso de las cuatro, paseo de ramas Talgo III que se unen para dirigirse a Madrid, inversión de locomotora+manso, y esperar al del sentido contrario. Mientras aguardan, a las siete y pico de la tarde repetir en orden inverso lo de la mañana: 592 que llegan desde Granada y Almería, enlazan en el mismo andén para permitir el trasbordo, y el que venía de Almería continúa hacia Granada. El otro, si hay puntualidad, deja estacionar al García Lorca, antes de seguir recorriendo la línea entre páramos, pinares, semidesiertos y olivos, con curvas, subidas y bajadas, casi imposibles para un tren de vía ancha. El Catalán se parte en dos y sus ramas salen a sus respectivos destinos, una hora después hará lo propio el Talgo III. Una hora o más después de éste último, el Gibralfaro hacia Barcelona, y entre las doce y la una, le tocará el baile a las ramas del Sierra Nevada, expreso por excelencia en estas tierras desde que ambas ramas del madrileño se fusionaran y desapareciera el Barcelona-Granada vía Murcia
Mientras todo eso, dos Camellos por sentido han pasado de largo por el by-pass y en la estación uno no se enteraría; hace unos 22-23 años hubieran tenido que entrar en la estación e invertir
No sé que es más triste: si suprimir un servicio ferroviario, si comprobar que los tiempos pasados fueron mejores y gloriosos, si viajar en un tren casi vacío que se detiene en estaciones casi fantasmales, o si estar en esas estaciones y comprobar que el 'casi' se puede quitar......
