Los métodos de control de par y velocidad en la locomotora de corriente trifásica de inducción o asíncrona pueden ser bastante complicados si no se está un poco familiarizado con la materia. Trataré de explicar un poco lo que sé a ver si se puede entender algo.
La máquina de inducción se basa en el principio de que un devanado trifásico correctamente ubicado en la carcasa o estátor produce un campo magnético constante "giratorio" con frecuencia proporcional a la de la tensión trifásica (dependiendo de los pares de polos también). Este fenómeno conocido como "campo giratorio" o campo de Ferraris (en parte) es el principio básico fundamental de las máquinas trifásicas.
Ocurre que, introduciendo un rotor devanado o del tipo jaula de ardilla, estos campos originan corrientes y por tanto un par de giro que provocan el movimiento del rotor. Se da el fenómeno del deslizamiento ("S" de slip en inglés por si lo buscáis en algún sitio") que es que el campo magnético gira a mayor velocidad que el rotor.
En la siguiente imagen se aprecia un rotor sin deslizamiento, girando a velocidad de sincronismo[Wikipedia].

En función de este concepto de deslizamiento se establecen las
curvas características de funcionamiento del motor de inducción:

Como puede observarse, el
par máximo como motor se origina cuando el desplazamiento es de aproximadamente el 75% con respecto al campo magnético o la frecuencia. También se intuye que la velocidad de giro está ligada, mediante al desplazamiento, al par que la máquina desarrolla de manera que regulando la velocidad y el deslizamiento puedo manejar y colocar la máquina en cualquier situación en el punto de máximo par, eso sí, con los medios adecuados.
La historia se complica cuando las primeras máquinas de inducción se pretendía regular la velocidad. Por el momento se entiende que no es como el motor de corriente continua, que aumentando la corriente aumenta el par, es necesario variar la frecuencia. Pues bien, existen más métodos, entre ellos, el del arranque estrella-triángulo o la variación de número de pares de polos. Este último proporcionaba a las máquinas trifásicas de almería (que se llevan poco con una 253, tenían rotor de jaula de ardilla) dos escalonazos de velocidades fijas y pares dependientes del deslizamiento impuesto. Variando el número de pares de polos se variaba la frecuencia del campo giratorio inducido.
Es con el desarrollo de la electrónica de potencia moderna cuando podemos hacer lo que nos sale de las narices con tensiones y frecuencias, de forma que por fin podemos modificar frecuencia de alimentación de estos motores como queramos. Es gracias a este desarrollo por lo que se ha abandonado la máquina de corriente continua por la trifásica, que no necesita prácticamente mantenimiento.
¿Y basta con variar la frecuencia? Pues no. Para entendernos, si yo aumento mucho la frecuencia pero no aumento el "cebo" o la tensión que a su vez produce la corriente para que el inducido intente seguir al campo magnético, el inducido no tratará de seguirla, pero si pongo más "chicha" en el "cebo", aunque aumente la velocidad del campo, el inducido sí querrá seguirle. Sin entrar mucho más en la materia porque es quizás muy pretencioso lo que he dicho, sólo espero que se entienda, la variación
tensión-frecuencia en partes iguales es la base de la regulación de los motores de inducción.

La electrónica moderna de la 253 supone un salto con respecto a modelos anteriores donde la capacidad de proceso de los onduladores supera con creces a lo que tenemos en España y la máquina por tanto y como es lógico se comporta mucho mejor, más suave y una respuesta mucho más rápida ante las variaciones externas como el patinaje. Es impensable hoy día el manejo de estas locomotoras sin la electrónica, lo que añade más mérito a sus ingenierios puesto que el maquinista tendría que manejar manualmente el ondulador para cada uno de los motores, variando tensión y frecuencia, con un ojo en cada contador de revoluciones de cada motor, lo que se me antoja imposible, a la mínima la máquina patinaría y terminarían reventados tanto máquina como personal.
Hay varios libros excelentísimos sobre la materia, el primero y mi libro de cama que me vino de perlas para la ingeniería es el "Máquinas Eléctricas" de J.Fraile Mora y otro también muy interesante y al estilo de la vieja ingeniería son los volúmenes de Manuel Cortés Cherta, que entra más en detalle en algunos temas.
Espero haber podido arrojar algo de luz sobre el tema, si alguien entiende del tema, lamento las "pifias" explicativas.
Saludos.