Y ya en la recta final del viaje, con la previsión de un tramo poco complicado desde Balmaseda, tomamos la unidad eléctrica 3601-3602 a media mañana en dirección a Bilbao-Concordia, donde llegamos sin contratiempos a la hora prevista, acabando así el recorrido en la actual Renfe-Feve.


En el inicio del puente del 15 de agosto y con bastante calor, la ciudad estaba irreconocible, diría que casi vacía, con los preparativos de su Semana Grande: tal vez la población había huido hacia las playas o a ver la Semana Grande donostiarra, así que se estaba de lujo, sin problemas para ir a cualquier restaurante, o a picotear pinchos. De nuevo un poco de Metro y Tranvía, esta vez también funicular de Artxanda, y ¿por qué no?, línea de Bermeo con parada intermedia en la bella localidad de Mundaka para disfrutar de un poco de playita. Con la tarjeta Barik que me dejaron unos familiares (tipo anónima, ya que las personalizadas sólo las puede usar el titular) la verdad es que te puedes mover cómodamente por todos los transportes públicos sin preocuparse de los títulos de transporte.
Como la vía estrecha no se acaba aquí, de nuevo a Donostia/San Sebastián con Eusko Tren, muy vacío en las primeras estaciones, pero luego se fue llenando, y llenando, prácticamente del todo, hasta Deba en que se vació mucho, para luego volverse a cargar bastante acercándonos a San Sebastián, que estaba animadísima con sus fiestas. Da gusto ver trenes que gocen de la buena salud de tener mucho pasaje, su razón de ser.
Cuando ya parecía que venía lo más fácil, con el “Topo” a Irún, viaje corto con muy buenas frecuencias y que ya conocíamos de alguna estancia anterior, nos encontramos con los servicios mínimos de una huelga en plena Semana Grande, así que tuvimos que tomar el tren en Amara “al asalto”, y viajar como en latas de sardina, al estilo de plena hora punta de cualquier Metro del mundo (sobre todo esos del Japón que nos enseñan en algunos reportajes): está bien que los trenes tengan muchos usuarios, pero no tantos de vez, y desde luego que así se podrá ganar el título de “Metro”, que es en lo que se está convirtiendo el viejo “Topo” con nuevas estaciones subterráneas y un servicio cada vez más frecuente. Las primeras estaciones incluso dejó viajeros en tierra, luego ya se fue vaciando un poco según nos acercábamos a Irún. Allí visita obligada a la bella población de Hondarribia/Fuentarrabía, y también una escapadita a San Sebastián, intentando evitar las horas de servicios mínimos o bien “aguantando” de nuevo si no había más remedio, aunque ya no coincidimos con trenes tan llenos.
Y como “guinda del pastel” de todo el viaje, gracias a nuestros familiares que nos acompañaron en coche, pudimos viajar en otro tren de vía estrecha, el cremallera de La Rhune, que sube hasta la cumbre con casi 1.000 m de la primera montaña de los Pirineos (o última, según se mire): el tiempo estaba medio lluvioso, pero tuvimos suerte y despejó mientras esperábamos nuestro tren (menudas colas…, y nos vendieron los billetes para un par de horas más tarde), así que pudimos disfrutar de unas vista espectaculares, tanto por el lado navarro como francés.

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Pero el viaje no podía acabar sin alcanzar el final definitivo de la vía estrecha, así que tomamos de nuevo el “Topo” pero esta vez hacia Hendaia, para llegar a la topera de esta reducida estación, con una sola vía, un andén superestrecho y un pequeñísimo vestíbulo, que parecen insuficientes para la gran cantidad de viajeros que usan el servicio de Eusko Tren, al menos en verano (supongo que también el resto del año).


Y así acabo el relato de este viaje ferroviario (priorizando la vía estrecha siempre que fuese posible), que comenzamos la última semana de julio y acabamos justo al final de la primera quincena de agosto, con la imagen de unas huellas de unos pasos que ayudan a los pasajeros a transbordar desde la estación de SNCF a la de Eusko Tren de Hendaia, y que son como un símbolo de lo que podría ser para muchas otras personas el inicio de un Camino de Santiago, o cualquier otro recorrido cerca del Cantábrico, utilizando el tren (combinable si se desea con tramos a pie o en bicicleta), y que después de la experiencia yo también recomendaría vivamente por lo bonito e interesante que resulta, como muchos ya conocéis, aunque al menos actualmente hay que tomárselo con un poco de calma y paciencia por los servicios prestados, que sería muy bueno y necesario que mejorasen.

Esperando no haber sido muy pesado, y agradeciendo todos los consejos y aportaciones, un saludo a todos los foreros de este interesante y dinámico hilo, y de Foro Trenes en general.