Veremos en que acaba la cosa.
No obstante, como bien dice Lauria, la estructura de la red y la propia dinámica poblacional de este país, no favorece precisamente que el ferrocarril sea un saneado negocio. Por otra parte, insisto (y la experiencia internacional lo demuestra) el ferrocarril en sí mismo es bastante poco apto para liberalizaciones parciales, es decir aquellas que consideran la vía por un lado y los trenes por otro.
Quizás lo que se vea sea sobre todo servicios prestados por empresas privadas (o públicas extranjeras sobre todo) en alguna de las líneas más rentables y a la pública Renfe (o a alguna equivalente suya de titularidad pública) en el resto. Tampoco veo muy claro lo de que sean surcos los liberalizados con trenes de muchas empresas en la misma línea. Lo más probable es que, salvo casos excepcionales, una empresa se va a quedar con la explotación completa, o casi, de un corredor entero.
Por descontado, la liberalización tiene que suponer reducir costes, ya que sólo tiene sentido empresarial si los precios al viajero bajan y se aumenta el paupérrimo uso del ferrocarril que aun se hace en este país. Y si hay reducirlos y además obtener margen de beneficio, esto sólo puede proceder de que no se afronten las amortizaciones del material (los trenes son muy caros y es probable que los consigan por fórmulas de entrega ventajosas de lo que hemos pagado todos), de que los precios de uso de la infraestructura no cubran las amotizaciones de la misma (es decir que la habremos pagado todos para beneficio de empresas privadas), de que reduzcan gastos de personal y de que los mantenimientos y la seguridad se limiten a lo mínimo. Y estaría por asegurar, que buena parte, o todos los servicios "liberalizados" se harán con algún tipo de garantía pública contra las pérdidas, ya sea mediante subvenciones directas o indirectas a la explotación, ya mediante otros mecanismos más o menos evidentes para conseguir lo mismo.
De hecho, también insisto, hasta la fecha y mirad que se lleva hablando y planeando esto, ni en un sólo pais han funcionado bien, o medianamente siquiera, los planes de liberalización diseñados por la tecnoburocracia de la UE. Si alguien sabe de alguno, que lo diga por favor.
Por otra parte, también insisto en el llamativo hecho de que las dos potencias europeas (Alemania y Francia), en las que al final recae buena parte de la capacidad de decisión de la UE, no sólo están siendo remolonas al liberalizar lo suyo, sino que encima se están conviertiendo, mediante sociedades dependientes de sus ferrocarriles públicos, en explotadoras de lo de los demás.
Como la liberalización en estas condiciones no puede funcionar, salvo muy parcialmente y en el mejor de los casos, al final pasará lo obvio, que todo se habrá de rescatar por el Estado, pagándolo, de nuevo y repetidamente, por todos los nosotros. Se intenta privatizar los beneficios y luego, si sale mal, socializar las pérdidas, sistema que se ha convertido también en todo un axioma del actual sistema económico. Tenemos en las autopistas de peaje en Madrid en ejemplo de liberalización de infraestructuras en este sentido, que como es perfectamente actual, que deja claro que no escribo por escribir.
Y llegados a este punto, me pregunto, como llevo haciendo tantas veces, por qué se ha hecho verdad de fé y dogma irrebatible esto de la liberalización y/o privatización del ferrocarril. Por qué es malo por definición que un ferrocarril que hemos pagado (y vamos a seguir pagando) todos, y que nos ha de servir a todos, sea de todos, es decir público. Mejórese la gestión de nuestro ferrocarril público, que se puede y se debe hacer, gestiónese con profesionalidad, eficiencia y eficacia, como puede estarlo si los dueños (todos nosotros) lo exigiéramos así. En cualquier caso, cuando tras la liberalización vuelva a manos del Estado, que volverá, habrá que mejorar la gestión y si evitamos este paso intermedio, nos ahorraremos muchos gastos y sinsabores.
Estaría bien que este hilo pudiera consultarse dentro de algunas décadas, probablemente cuando algunos ya estemos en mejor vida. Se podría ver entonces si hacemos historia ficción y patinamos, o simplemente se comprueba que las cosas que son como son, no pueden dejar de serlo, por mucho que con artificios y planes quiméricos se intente otra cosa en beneficio de los de siempre.
Saludos:
Javier.-