Hace poco he hecho un viaje por tierras levantinas y he subido a bordo por primera vez de un Alaris... o 490 (despues de tantos años)
Es curioso, pero no me habia dado cuenta hasta ese momento que los trenes diseñados en España tienen tendencia a las grandes ventanas (talgos, 440, 470, etc...)
El interior del Alaris me recordó mas al de un avion que un tren, por el hecho de que las ventanillas están a la altura de la cintura y son pequeñas y estrechas, solo cuando te sientas puedes ver comodamente el exterior. Es algo que sucede tambien en la cafetería y que impide disfrutar de un café mientras contemplas el paisaje, a no ser que te inclines con el culo en pompa, posicion no muy adecuada.
Por cierto, que el amigo pega unas tumbadas que no veas.... pero he de reconocer que me gustó.