La desaparición del parque vapor de la vía métrica del norte se produce de manera casi simultanea en la mayor parte de las compañías privadas entre mediados y finales de los 60. Una vez completados los parques diesel, las empresas hicieron caja con la chatarra de las locomotoras de vapor, que por entonces se cotizaba mucho al estar constituida en general por buen acero, cobre y bronce. Las pocas locomotoras supervivientes lo fueron por haber sido vendidas a empresas industriales y mineras o estar en alquiler en las mismas y por inciaitivas dispersas (aunque no poco meritorias) de amigos del ferrocarrol.
De hecho, la relación de las supervivientes es clara (escribo de memoria y espero que no se me olvide ninguna):
Robla: Solo pervive del más amplio e interesante parque de toda la zona cantabrica, la que fuera la primera locomotora de la empresa, la Cockerill de acldera vertical que ahora está en Vegamediana y que fue entregada a Hulleras de Sabero en fecha muy temprana para servicio en el ramal a Cistierna.
Santander a Bilbao: No sobrevive ninguna
Cantábrico: Sobrevive la Nansa, que llegaría a Feve de milagro conservada por iniciativa de amigos del ferrocarril de Torrelavega.
Económicos: No sobrevive ninguna.
Vasco Asturiano: Sobreviven la Nalón y la VA 8, que habían sido vendidas a empresas mineras asturianas a finales de los sesenta para servicio en ellas y que Hunosa mantuvo precariamente como ornato.
Vasco Navarro: Sobrevive la Guipuzcoa, preservada por la Asociación de Bilbao y la 11 que se conservó como monumento en Oñate.
Vascongados: Aparte de las Krauss vendidas al PV, se conservó la Aurrerá, que usaba FV en Durango como caldera fija para hacer agua destilada para baterías. También la Orconera en Ojos Negros, que fue vendida muchas años atrás al Sierra Menera.
AGB: Se conservó la Zugastieta, largos años abandonada en Durango. Creo que los amigos dle ferrocarril de Bilbao también tuvieron bastante que ver con que no se desguazara.
Además Feve conservó en La Casilla como ornato (hoy en Concordia), por iniciativa de los amigos del ferrocarril de Bilbao, la Artola, que había traido del extinto Sierra Menera.
En definitiva, en los años sesenta, aparte de las heróicas iniciativas de los amigos del ferrocarril, no hubo prácticamente voluntad empresial alguna por las antiguas compañías en conservar nada. Bien es verdad que la conciencia por entonces de la necesidad de conservar este patrimonio era inexistente. Cuando Feve se hizo con las empresas poco había que conservar ya, aunque cierto es que durante bastante años tampoco esta empresa hizo nada, lo que no es de extrañar, porque sus directivos eran los mismos prácticamente de las antiguas empresas y sus prioridades seguían siendo otras.
Como un ejemplo de lo precario que es todo, y al respecto de la Aurrerá, recuerdo como el que esto suscribe junto con Carmelo Zaita, allá por 1976 creo, ambos apenas unos críos, nos dirigimos un domingo a primera hora de la mañana al domicilio del director de Feve la línea de Bilbao San Sebastián (ex Vascongados) que estaba en el primer piso de la estación de Durango, Nos abrió el hombre en bata y bastante somnoliento y le rogamos, lo mejor que supimos, que no destruyeran la Aurrerá. Estaba la locomotora en un cocherón del depósito de Durango, que se había derrumbado por unas nevadas y corrían rumores de que se iba a desguazar. No sé quería evitar que lo volvieramos a molestar en su día de su asueto o le convencimos realmente de que era una barbaridad, pero la cosa es que que la trasladaron y conservaron más o menos adecuadamente en otro sitio... Algunos años después, con la impecable labor de Juanjo como con tanto otro material, la Aurrerá resucitó y ha podido ser lo que es ahora.
Perdón por la deriva del hilo.
Saludos:
Javier.-