Curiosa esta noticia de hoy de El Mundo:
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/2 ... 48038.html
Y aquí un pequeño extracto:
"Concepción Arenal tiene apenas 250 metros de largo. Desde el Hotel Atlántico de Gran Vía hasta la depauperada plaza Soledad Torres Acosta, donde, pese a la comisaría de Policía Municipal que se instaló frente a los cines Luna, las prostitutas siguen haciendo negocio. En sus 250 metros se palpa más que en ningún sitio la decadencia del comercio en este barrio de Madrid.
«Ha cambiado todo, ahora no hay nada en la calle, antes había una sastrería, Yanco, una tienda de ropa de bebés, relojerías, perfumerías, tiendas de muebles, cervecerías...», relata Rosa Reyna, que junto a su hermano Miguel regenta el único local de la calle que no ha acabado en manos de los chinos, Casa Reyna. Son los únicos supervivientes.
Fundado en 1930 en la calle Vargas, la tienda, especializada en trenes, modelismo, maquetas y 'hobbies' varios, se instaló en esta calle en 1955, cuando los cines y comercios de la Gran Vía atraían al público en masa. Una calle con vida, con bullicio. «Ahora se ha despersonalizado», confiesa Miguel, a cuyo negocio llegó la crisis antes de la crisis: «En los 70 y 80, por ejemplo, había mucha afición al aeromodelismo, pero se fue perdiendo poco a poco».
Ahora muchos de los clientes prefieren tener el avión ya montado, como antes de la Guerra Civil, cuando la tienda, regentada entonces por su abuelo Emilio, triunfaba vendiendo «aviones pequeños de goma». En los 50 pasó a tener juguetes, trenes y muñecas; más tarde llegaron los scalextric, y ya en los 80 «hubo que olvidarse de los juguetes y apostar por los hobbies, como la maquetación de barcos, trenes o casitas de muñecas». «Mi padre viajaba mucho por el extranjero y supo ver muy bien como cambiaba la tendencia», señala Rosa.
Al establecimiento, cuyos mostradores y armarios rebosan de pequeñas piezas, pinturas de cientos de colores y tipos, maquetas de locomotoras, mecanos o pequeños motores eléctricos, acuden apasionados de las miniaturas porque tienen de todo. «Suelo venir aquí a comprar piececitas, yo hago faros a escala y luego los pongo a funcionar y mover», señala Rafael, jubilado asiduo a la tienda.
«Sobre todo tenemos clientes hombres, la mayoría de ellos jubilados», señalan los dos hermanos, que observan con indignación cómo pierden negocio por la injerencia de las empresas que sacan piezas de modelismo coleccionables en los quioscos. «A veces piensas que es un triunfo estar abierto», confiesa Miguel".