Primeras imágenes de un Alstom-Citadís en la Diagonal de Barcelona en el verano del año 2002, es decir, dos largos años antes de que empezaran las pruebas. Se trataba de la presentación del modelo a una ciudad cargada de un excepticismo no excento de curiosidad, pues eran muchos a los que les resultaba dificil comprender que había cambiado para que ahora el tranvía no fuera la bestia negra mediática a la que se había llegado al extremo de presentar, con la lógica del ilógico sistema imperante, que los enemigos del alma eran "El Mundo, El Demonio, La Carne y El Tranvía".
La vista de un moderno vehículo sobre raíles desconcertó a no pocos. No obstante, eran muchos los que desconfiaban aun , no en vano en los años 60 se creía vivamente que los barrios ricos tenían autobús, mientras que los pobres debían de resignarse a soportar el obsoleto tranvía. De ahí que siguieran creyendo que se trataba de un engaño para no tener que llevar el metro a los centros urbanos densamente poblados de la periferia de Barcelona. Se veía como si les dieran de menos, cuando hoy está completamente demostrado y fuera de toda duda que el tranvía ofrece un servicio de superior calidad y mucho más humanizado del que el metro o el autobús, podrían ofrecer en aquellas zonas para su propia intercomunicación y también, mediante la intermodalidad, su enlace con el centro de Barcelona, sus áreas comerciales y los centros de trabajo situados en ámbos extremos.
El gran e irresoluble "defecto" esgrimido por los conspicuos antitranvía y que me parece altamente chocante, es el de la falta de flexibilidad respecto del autobús, por cuanto en caso de avería de un vehículo, la vía queda lógicamente ocupada, "defecto" que óbvian, astutamente cuando confrontan el metro al tranvía, como si el FC subterráneo no se viera afectado por ello y encima en mayor medida al ir encajonado entre las estrechas paredes de un tunel. De este pretendido defecto hoy nadie se acuerda, no obstante los antitranvía siguen encontrando pretextos o excusas de mal pagador, para seguir con un despropósito encaminado a satisfacer mezquinos intereses con mentalidad de vuelo gallináceo.
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Fijaros en los detalles que delatan una obra todavía en pañales, entre los que destaca la ausencia de catenaria.
Únicamente se había habilitado el pequeño tramo de la parada para el acto de presentación. Junio del 2002.
Saludos.