No dejan de sorprenderme una y otra vez las críticas feroces, pasando a veces incluso al insulto, hacia empresas que ofrecen productos de modelismo. Una empresa tiene como objetivo básico obtener beneficios. Para ello decide fabricar y poner precio a unos productos que espera vender arriesgándose con una inversión. Necesariamente la empresa ha estudiado detenidamente qué ofrecer y a qué precio pues de ello depende el obtener rentabilidad de esa inversión.
Aquí es donde aparece la figura del consumidor de ese producto. Valora el producto y lo compra o no en base a esa valoración subjetiva e individual. Según esto cualquier producto nuevo amplía el abanico de las elecciones posibles y por tanto es positiva su aparición. Si alguien hace renfritos una y otra vez es porque los vende, si alguien hace una mikado en escala N con una determinada calidad es porque prevee venderla (y la venderá) y si alguien decide lanzar 50 unidades de una vaporosa sublime en latón por 2000 euros las venderá también. Esas empresas estudian su nicho de mercado y actúan en consecuencia. Y si obtienen beneficios es que lo están haciendo bien. Y si no los obtienen no duran ni dos años.