Gracias a este foro he podido tener mucha información para mi viaje por el Cantábrico hacia Santiago, que en gran parte transcurriría por las líneas de Renfe-Feve; de hecho lo iba consultando frecuentemente para saber cómo estaba el servicio con un poco en previsión de lo que nos pudiéramos encontrar. Muy preocupantes las noticias de averías, supresiones, falta de maquinistas…, y mucho más para los que lo han de utilizar por otras necesidades diferentes a las turísticas, pero tampoco es bueno en este último caso viajar con tanta incertidumbre.
Como comenté empezamos de Donostia/San Sebastián a Bilbao con Eusko Tren, en general buen servicio, con suficientes frecuencias (un tren por hora) aunque lento y con muchas paradas y los trenes muy de cercanías como para hacer dos horas y media de viaje, especialmente por los asientos duros y la dificultad de dejar maletas. En general vimos que los usuarios eran más bien de viajes cortos que largos, muy repartidos por todo el trayecto (muy intenso también el tramo central de la línea, no sólo cerca de los extremos, y diría que memos viajeros cuanto más cerca de Bilbao). En Bilbao además de museos y oferta cultural, por supuesto metro y tranvía y alguna línea más (Muskiz y Sondika). También el Puente Vizcaya, coincidiendo por casualidad con su 123 aniversario (28 de julio).
A partir de aquí comenzaba mi ruta de Feve, de la que sólo conocía el tramo de Bilbao a Balmaseda, por tanto desde Aranguren todo sería nuevo para mí. Sólo tres trenes a Santander y tres horas de viaje no es una oferta muy atractiva. Elegimos el intermedio, de la una de la tarde, para ir tranquilos a la estación de La Concordia y llegar a una hora prudente a Santander. Preciosa la estación, desde el andén en alto con vistas a la ría, haciendo tiempo contemplando pasar los tranvías, y la pequeña exposición de fotos y material, especialmente la locomotora Artola.
Allí ya estaba preparada la unidad 2721-2722.

Al final ha sido la serie que por fortuna o por desgracia más hemos utilizado en todo el viaje por las líneas de Renfe-Feve, casi en exclusiva excepto un Apolo de Santander a Oviedo. La opinión que hemos sacado de las 2700 es que son bastante cómodas, con buena suspensión al menos para las velocidades más bien escasas de las líneas por donde circulan, y el motor no nos pareció molesto (bien aislado), y el viaje en conjunto no nos ha resultado nada pesado, al menos haciéndolo en tramos de no más de cinco horas, sin prisas y disfrutando de los paisajes. Los asientos nos gustaron, aunque duros son más cómodos que los de cercanías y nos acoplamos bien a ellos, aunque mejor nos parecieron los del Apolo. El sistema para hacerlos reversibles en los 2700 es muy complejo y que hay que hacer girar todo el conjunto de dos asientos sobre su base (nada que ver con los Apolos que es muy sencillo y sólo se giran los respaldos), y muchos viajeros se quejaban, o bien es que no funcionan bien, el caso es que casi nadie los intenta tocar y a veces los que lo probaban luego quedaban mal anclados y se movían, incluso de golpe, por lo que vimos que lo mejor era no tocarlos por si acaso. Tienen una ventaja cuando quedan los respaldos de dos asientos consecutivos enfrentados, ya que dejan un hueco entre ellos que permite colocar muy fácilmente las maletas y mochilas, y de hecho algunos interventores nos lo recomendaban.
También van muy bien los espacios que permiten dejar bicicletas, y vimos en los viajes muchos viajeros que utilizaban los trenes en trayectos cortos con mochilas y bicicletas, además de usuarios que parecían de las zonas por donde pasábamos, tanto mayores como jóvenes. De viajes largos (de extremo a extremo de líneas) muy pocos usuarios, casi todos en trayectos cortos, especialmente cerca de los grandes núcleos de población, pero también en algunos casos de tramos intermedios. Como en muchas partes de los recorridos los trenes no van llenos, se puede ir cambiando de asiento de lado a lado, para ver mejor el paisaje, que supongo debe ser más difícil en los trenes especiales (Transcantábrico, etc.) en que tal vez se vaya más confinado en un sitio concreto del tren.

Los 2700 además tienen una ventaja adicional para los que nos gusta ver vía y paisaje (que no tienen los Apolos por ejemplo), que son las puertas semitransparentes de las cabinas de conducción, siempre que no se coloque algún empleado (interventor a acompañante) justo delante: además como tienen asientos colocados justo enfrente de estas puertas son estupendos para viajar en primera fila. Desde ahí se puede ver una curiosidad bastante común de todos los trayectos del Norte, que son los frondosos bosques que parece que nadie poda y por tanto los trenes van haciéndose hueco a base de golpes a las ramas que intentan invadir el gálibo (y como hay pocos trenes al día parece que las plantas bien humedecidas por las lluvias y nieblas tienen tiempo de crecer ente una y otra circulación), dejando a veces una especie de túneles de vegetación con la forma exacta del contorno del tren. También se ven las múltiples limitaciones de velocidad por desprendimientos y otras circunstancias. Una duda que me surgió, es por qué en un extremo de la unidad 2700 hay dos asientos frente a la puerta de la cabina de conducción y en el otro extremo un solo asiento, ¿tal vez por distribución a lo largo de todo el compartimento quedaba menos espacio para el paso en este último caso y hubo que suprimir el segundo asiento?
Y en cuanto a la fiabilidad de las 2700, qué añadir a lo que ya se viene diciendo en este foro: más bien escasa para lo nuevas que son, no sé si por diseño, uso o mal mantenimiento, pero el caso es que hemos podido vivir en directo o enterarnos de varios fallos que condicionan la prestación de un correcto servicio. Ya iré explicando pero el comienzo entre Bilbao y Santander fue de lo más descorazonador, aunque el resto del viaje tuvimos “más suerte” (no se puede decir otra cosa del servicio actual) y pudimos ir tirandillo relativamente bien hasta completar el viaje.
Saludos