Abdul, mi respuesta: en dos vertientes, la externa al ferrocarril en miniatura y la propia de él.
Externa Hablar del mercado español como un campo abonado para la venta de trenes en miniatura pero sin hacer ni una sola referencia a sus peculiaridades culturales, sociales y del tiempo en el que vivimos, y que, nos guste o no, afectan de lleno a dicho mercado, me parece un error de campeonato si alguien quiere a ponerse a vender trenes, secadores de pelo y/o peras en vinagre. Si las marcas no tienen en cuenta dichos factores, es lógico que esperen unas ventas que luego no resultan tales. ¿Se pueden medir a la hora de la cuenta de resultados? Seguramente no, pero olvidarse de ellos en un estudio es atroz. Señalaría, al menos:
1-Tiempo metereológico, horarios y costumbres sociales, que en España abocan a consumir el tiempo libre fuera del domicilio.
2-Tiempo libre dentro del mismo, que ya sea por educación, deformación cultural, cansancio de una jornada laboral con unos horarios al revés del resto del mundo civilizado o, simplemente, pasotismo, se caracteriza por una tendencia generalizada a ocuparlo con actividades “no productivas”: ver la televisión de evasión (programas varios, series y películas… estamos casi los primeros en horas diarias delante de la pantalla), jugar a juegos de ordenador/consolas, ocuparse de las redes sociales, etc.
3-Si un español tiene dos horas menos de tiempo libre al día que un europeo por unos estúpidos horarios que nadie quiere adaptar al resto del mundo (seamos serios, el resto del mundo no puede estar equivocado) y por el no menos terrible “presentismo”, igual de absurdo y estúpido, nadie puede pretender que se haga tanto modelismo como en Europa. Simplemente, las horas del día no dan. Y el sol no tiene nada que ver. Palabra.
4-Baja estima social e incluso indiferencia ante actividades “productivas” que producen un resultado: hacer punto, aprender un idioma o el modelismo, por ejemplo (“bichos raros”).
5-Incapacidad manifiesta del mundo educativo/artístico para promocionar la práctica del modelismo como una actividad de gran valor creativo y, además, que abre la posibilidad a socializar en mayor grado (se nos aboca a un mundo puramente competitivo y en solitario y así nos va).
6-Sueldos. Sí, porque, para hacer modelismo de calidad, presentar obras propias e ir mejorando con el tiempo se necesitan… BUENAS HERRAMIENTAS. Que no son baratas. Y que a veces cuestan bastante más que el material rodante. Y sin buenas herramientas que te ayuden a un buen acabado, llega el desánimo y quién sabe si el abandono. Aunque no lo sean todo, basta comprobar la ventaja de montar un kit hecho a mano a uno cortado a láser. Claro que la técnica cuenta. Y a veces la satisfacción personal de hacer algo desde cero es mayor. Pero un material cortado al 100% de exactitud PARA UN PRINCIPIANTE y que no sabe ni lo que es el scratch es garantía de tener el 50% hecho… y de asegurarse otro modelista en ciernes.
Lo siento, pero ponerse a fabricar trenes en España y hacer como que todo lo anterior no existe se escapa a cualquier lógica empresarial.
Ahora bien, tan importantes como los condicionantes anteriores, son los propios del modelismo ferroviario hispano, que en parte recogen aspectos culturales anteriormente escritos, y que pocas veces se leen escritos. No hay que ser muy lince para adivinarlos:
1-“Caballo grande, ande o no ande”. Típical spanish. Hace escasos días un compañero ha colgado una composición preciosa de vuestras tolvas. Cuenta las respuestas. Imagina que alguien colgara en un mensaje una Santa Fé 1-5-1. Aunque la destreza modelística no fuera tan buena, ganaría la Santa Fé. Por goleada. La apariencia gana y engaña. En España, llevamos siglos así.
2--Material motor sobre material remolcado. Sin duda, espoleado por las marcas para recuperar rápido la inversión. Todo el mundo pide (pedimos) algo de material motor. El material remolcado es el hermano pobre. Pero los trenes de verdad nunca se han compuesto sólo de UTs y locomotoras. Me parece estupendo que las marcas se centren en material motor. Pero luego te comes el monstruo que has alimentado y creado y que se vuelve contra ti, al no vender los vagones o coches que sacas. Haber alternado.
3-Comprar, comprar, comprar… y no hacer ni modificar. No practicar modelismo. Una desgracia en nuestros días, en todos los campos en general (la ropa, sin ir más lejos). ¡A comprar, que se acaban! ¡Barato, barato! Bueno, pues como hay que comprar lo inmediato, lo demás se relega, muchas veces hasta nunca. Otro monstruo que nos devora.
Y como epílogo de toda este despropósito, la CEGUERA de las marcas.
-La llorera de Hornby-Electrotren por no seguir vendiendo 7 ventanas (haced 8 ó 9, tíos, que llevamos siglos diciéndolo)
-pasando por Roco y sus modelos más raros que un perro verde. Hablando de verdes, si quieres vender, saca la 333 con galleta y sin galleta, en colores originales, y con una placa digital en condiciones y que funcione a la perfección y luego, si quieres, corre aventuras. O los 9000es invertidos, sin ir más lejos. Otro éxito asegurado.
-K*Train, ningún vagón nuevo… ¿y qué diablos hace? Sacar un vagón portatraviesas… ¡portatraviesas casi de época V! ¿TAN DIFÍCIL ERA SACAR EL “J” CALDERÍN? ¿En serio nadie podía prever que se habría vendido tres veces más? Si los condicionantes del mercado son los anteriormente señalados, al menos asegúrate ventas con modelos que sabes que puedes reventar el mercado, no con alguna “rara avis” que la mayoría ni girará la cabeza para fijarse en ella.
-Por cierto, saludito a MABAR y su negativa a sacar el manso con rotulación original de los 70... Sacas las versiones contemporáneas del TER y del Electrotrén, pero no el manso... ¡Viva el vino!
Así que, ya ves, factores y condicionantes múltiples y variados. Ahora bien, responsabilidad en una sola dirección, por favor, no. Llevo dos años sin poder comprar material motor. Y tengo bastante pendiente. Pero tendrá que esperar. Por de pronto, en Navidades caerán un J1 de MABAR y dos bastidores de Omnibus Models. Porque no da para más, y las herramientas cuestan dinero. Y los libros y revistas para ver qué nuevas técnicas o modos de hacer las cosas se desarrollan, también.
Salduos
Carrington, quien, pese a todo, seguirá comprando modelismo
Al parecer, talibán de la explotación ferroviaria a escala. A pesar de eso, me gusta un buen plato de spaghetti. De los de verdad.