Lauria1226 escribió:
Afolf Eichmann, fué el organizador de todo el tinglado logístico que involucró a toda la Europa ocupada, por tanto la SNCF también se incluye en el asunto, a pesar de ello tanto la DR como la SNCF como FS u otras son meros instrumentos de lo que se acordó en la conferencia de Wannsee en 1942. La capacidad organizativa y la eficacia del citado Eichmann son los únicos responsables, a pesar de los colaboradores necesarios que hubo. Eichmann fue detenido en La Argentina por un comando Israelí que lo trasladó a Israel, donde fué juzgado, sentenciado y ejecutado en la horca en 1960. El reo, durante el juicio dió toda clase de detalles y explicaciones sobre la solución final. Todo esta perfectamente documentado y publicado.
Y tan documentado. Pero conviene no perder de vista que los ferrocarriles alemanes ganaron el equivalente actual a 500 millones de euros con el transporte de prisioneros y deportados polacos. 'Deutsche Bahn', que es propiedad del Estado alemán, es la empresa sucesora de la compañía 'Deutsche Reichsbahn' en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
En 2006 un tribunal de Toulouse (Francia) condenó al estado francés y a SNCF al pago de una serie de indemnizaciones por la colaboración de buen grado con las fuerzas invasoras nazis en la aportación de vagones y locomotoras que sirvieron para el traslado de miles y miles de judíos hacia los campos de exterminio. Los jueces remarcaron que en ningún momento la empresa de ferrocarriles franceses se opuso a los convoyes de deportaciones ni emitió opinión alguna, aún sabiendo que las familias hacían ese siniestro viaje privados de alimentos y de las más elementales medidas de higiene. Que ambos responsables se distinguieron por el exceso de celo que pusieron en realizar el trabajo sucio, incluso más allá de lo exigido por la ocupación. Y recordó que la empresa ferroviaria consideraba esos convoyes como transporte de tercera clase, mientras que las desgraciadas víctimas eran apiladas en vagones de ganado. Los jueces puntualizaron que la empresa no sólo no objetó ni protestó, sino que siguió reclamando el pago de las facturas aún después de la liberación. Destaca el fiscal de la causa que los ferrocarriles franceses facturaron al estado el transporte de los deportados, por lo que la empresa no podría argumentar que había sido confiscada por el régimen nazi.