Siguiendo con mi relato del viaje ferroviario norteño, para el camino de vuelta desde Santiago, elegimos la ruta interior, para recorrer el Tren de la Robla, por tanto primero había que de nuevo en vía ancha un buen tramo: tren hasta Ourense (no se puede evitar un emotivo recuerdo en la curva de Angrois), transbordo perfecto con tiempo suficiente (ni excesivo ni demasiado corto, y en el mismo andén) para tomar el Alvia Vigo-Barcelona hasta Ponferrada. Por cierto, que también fallaba un lavabo que se tuvo que clausurar, aunque a diferencia de Feve en este tren hay muchos más que se pueden utilizar; y la velocidad en este tramo tampoco es para tirar cohetes. Las inversiones de marcha que sufre este tren no favorecen para nada a algunos viajeros que se marean sentados en sentido contrario, que aunque pretendan elegir asiento de frente siempre tendrán tramos de espaldas. Por otro lado también he observado cómo algunos interventores en la Renfe de vía ancha se lamentan de que por mucho que informen de las quejas de los viajeros, nadie les hace caso (recuerdo una discusión concreta de unos pasajeros que habían elegido en un tren los cuatro asientos enfrentados con mesita, para que los niños fuesen jugando en el viaje, y ese tipo de tren no llevaba nunca la tal mesita, aunque en la venta del billete seguía apareciendo esa prestación, por más que informasen los interventores para que se arreglase ese error).
En Ponferrada, ya con gran diferencia de calor respecto la zona costera, visitas culturales variadas, castillo, museos...., y por supuesto los recuerdos de la vía estrecha del Ponferrada-Villablino, especialmente en el Museo del Ferrocarril (se me pasó el tiempo volando rodeado de las maravillas que tienen allí y me tuvieron que sacar casi a la fuerza para cerrar) y también muy recomendable el de la Energía, tanto por su contenido en general como por la PV-8 que de vez en cuando simula funcionar (con un poquito de vapor, ruido y luz de los focos). ¡Qué bueno sería recuperarlo como tren turístico!: la 31 parece ser que e ocasiones se pone en marcha para mantener vivo el proyecto de ese futuro tren correo que nunca arranca.
Siguiente etapa también en vía ancha, y con el mismo tren Vigo-Barcelona, hasta León, con la nueva estación provisional abarrotada y a todas luces insuficiente. ¡Qué pena de pérdida de la antigua estación! Esperemos que al menos se conserven los elementos arquitectónicos, no sé qué previsión hay al respecto. En esta magnífica ciudad, también con calor de interior, visitas a la Catedral, San Isidoro, San Marcos, barrios antiguos..., para retomar allí el tren de Renfe-Feve, hacia Salinas de Pisuerga, y hacer una pequeña estancia de descanso, siempre con la duda del demasiado frecuente autobús substitutorio, que según iba leyendo en este foro parecía ya una tradición, especialmente en el tramo Cistierna-Mataporquera.

No se entiende bien qué futuro tendrá el tramo que se pretendía tranviarizar, de entrada a León de la vía estrecha, con esas obras interminables que tanto están fastidiando a los usuarios (las quejas son constantes y las pocas ganas de seguir cogiendo el tren se palpa en el ambiente que van en aumento), ya que obligan a hacer el tramo hasta (y desde) Asunción-Universidad en un bus urbano lanzadera, que en nuestro caso de viajeros de largo recorrido encontramos poco preparado para llevar maletas, aunque de acceso cómodo (bus urbano de piso bajo). Lo peor es que se alarga mucho el tiempo de viaje (lo cual se nota más aún en los viajes cortos, que pude observar son la mayoría), además de la incomodidad de hacer un transbordo.
¿Circularán los trenes normales por estas nuevas vías? Normalmente los tranvías o tren-trams están mejor preparados, especialmente en cuanto a frenado, para compartir tramos urbanos con el resto de usuarios de la vía pública, sin necesidad de tener la vía perfectamente separada y aislada (vallas) como en principio cada vez más se requiere para los trenes convencionales. ¿Habrá que comprar nuevos trenes adaptados a este tramo? ¿Serán diesel? ¿O tal vez pretendan finalmente cerrar este tramo, o ya puestos toda la línea? No me extrañaría nada, ante la supuesta dificultad de solucionar la convivencia urbana del tren y el descenso de viajeros que se ha ido generando, incluso después de haber invertido un dineral en este tramo y en otros que he visto a lo largo del recorrido en los respectivos carteles (que nunca falten). Por desgracia cosas similares se han visto. Por otra parte el tramo más próximo a la estación ya está bien separado del tráfico, con puentes y muros, por lo que ahí no parece que hiciese falta la tranviarización, supongo que sería más bien para el resto del trayecto hasta Asunción, que no pude ver.
Los pocos elementos decorativos que se conservan de la estación (grúa, placa giratoria, el propio edificio...), dan un toque ferroviario a su entorno, que las obras desmerecen en conjunto. Para asegurarme del servicio pregunté con anterioridad al viaje en la solitaria estación (sin trenes me refiero, no por el entorno totalmente urbano ni por el personal, que sí hay), y me aseguraron que de una u otra manera siempre se daba el servicio de transporte, y que si hubiese algún problema podíamos llamar a un teléfono general o al que se indicaba en las estaciones (unos curiosos avisos que recomiendan llamar a un número si se observa que el tren se retrasa más de 10 minutos). También me dieron un horario, que luego comprobé que no coincidía con el expuesto en la estación de Salinas, por pocos minutos eso sí, y como todo el servicio es de “más o menos” supuse que tampoco vendría de ahí, con llegar con un poco de tiempo de antelación problema resuelto.

Y por fin llegó el momento de tomar el único tren diario destino Bilbao, con el primer tramo de nuestro viaje “no ferroviario”, en este caso ya programado debido a las obras de las dos primeras estaciones entre León y Asunción-Universidad. El autobús tipo urbano de piso bajo lo tiene difícil para llegar a la puerta de la estación, con unos baches que parecen cráteres lunares. Compramos el billete dentro de la estación, subimos al bus y a su hora ¡en marcha!, a la búsqueda del tren, con muchos viajeros (casi lleno, y más aún con las diversas maletas que llevábamos varios pasajeros). La verdad es que un tramo tan corto se hace largo en bus (desvíos, semáforos...), y más con las vueltas que hay que dar: cuando ya pasábamos delante de la estación donde nos esperaba el tren, hay que ir a buscar una rotonda bastante más allá para volver y encarar el bus junto a la estación, para evitarnos cruzar una calle a cambio de unos minutos más de recorrido. Y luego ¡al abordaje del tren!, todo el mundo con prisas como si se quisiese recuperar el tiempo perdido, y casi nada más subir, con el tiempo justo para las personas más mayores o con más carga (maletas), arranca el tren, otra 2700 (la 2713-2714).

Por supuesto hay que huir de las ventanas donde en el exterior está el anagrama de Feve cubriéndolas, que si bien se supone que deja ver el exterior (un vinilo con agujeritos), la verdad es que molesta mucho y a veces está sucio y todavía es peor, parece casi un grafiti de esos que tapan por completo la visión; estos vinilos con agujeritos son un sistema para decorar por encima de las ventanas (casi siempre para poner anuncios) que se ha puesto de moda en algunos operadores (autobuses, tranvías, algunas compañías ferroviarias) y personalmente no me gusta nada, al subir parece que entras en un camión o vagón de carga y no ves bien el interior, y desde dentro se pierde mucha visibilidad hacia el exterior (mucho más de noche o en estaciones subterráneas poco iluminadas) y a veces hasta me mareo i creo que es de ir mirando hacia afuera a través de tantos agujeritos, no creo que sea bueno para la vista, tal vez sea que se fuerza más, así que cuando no tengo más remedio que viajar junto a una ventana de ésas mejor no miro.
El viaje hasta Salinas de Pisuerga también muy bonito, por paisajes interesantes, lento y pausado, te permite contemplar detalles del entorno, estaciones, también el ramal hacia La Robla... De viajeros bien al principio, pero luego ya se fue vaciando, aunque durante todo el trayecto fueron subiendo y bajando algunos pasajeros en casi todas las paradas. Conversaciones frecuentes de quejas del mal servicio, la apariencia que lo quieren cerrar, que al final habrá que pasarse al bus si seguimos así de mal... Preguntando al interventor sobre los posibles problemas para llegar a Salinas y si había garantías de poder retomar el tren allí un par de días después, nos vino a decir que no lo podía adivinar, que al final el tren por unas u otras causas funcionaba más o menos un día si y otro no, y que en todo caso podíamos llamar a los teléfonos que ya nos habían indicado. Por tanto garantías de servicio digamos que más o menos sí, pero necesariamente en tren como que no, y los horarios también podrían tener algún retraso. Paciencia pues.

Parece ser que tuvimos mucha suerte y por fin después de unas cuatro horas de viaje pudimos llegar a la hora correcta y sin el temido autocar hasta Salinas de Pisuerga, parada facultativa pero con diversos usuarios que subieron o bajaron, supongo que por la época del año bastante animada. Antes tuvimos que padecer una nueva avería, esta vez del aire acondicionado de uno de los coches; por suerte afuera hacía bastante fresco y de hecho también pasaba perfectamente el aire por la articulación de intercomunicación entre coches y por las ventanas de las puertas que el interventor abrió parcialmente, y aunque nos aconsejó que cambiásemos al otro coche, el caso es que la mayoría seguimos en nuestros asientos porque no notábamos calor. En Salinas dicen que sólo hay dos estaciones, el invierno y la del tren, y ciertamente que hacía fresco de día y frío de noche. Muy tranquilo, perfecto para descansar en el hotel rural, paseos por el entorno y disfrutar de las buenas comidas del restaurante de la plaza Mayor.
Saludos