En fin, poco más se puede añadir. Tras años y años de abandono, se ha producido lo inevitable. Cuando la despilfarradora decidió abandonar estos coches, firmó su sentencia de muerte. En una empresa pública regida con criterios de honestidad y servicio -algo que cada vez es más raro en nuestro país-, los responsables de gestionar los recursos y patrimonio, azuzados por eso que se llama 'Tribunal de Cuentas' (a la postre un grupo de enchufados), hubiesen impedido que se estuviesen firmando pedidos de nuevo material, al tiempo que se abandonaba el que ya se tenía en orden de marcha (= tirando el dinero de los contribuyentes). Pero como vivimos en el país de la demagogia política y las 0 responsabilidades de esta oligarquía, vamos, ese en el que el dinero público no es de nadie, que diría la ex ministra, los millones de Euros se van de las más diversas formas sin que nadie lo impida: en dinero negro, en material ferroviario, en empresas que falsean sus cuentas para recibir subvenciones públicas, etc, etc. Mientras siga existiendo una clase media para seguir esquilmándola a impuestos...
Saludos