El problema, en su momento, residía en la titularidad de ese material. Personalmente intenté una gestión en la que me echaron una mano mis buenos amigos Roberto Moreno, 1er Tte. de alcalde de la ciudad y Constantino Domínguez (D.E.P.), subdelegado de Hacienda y cronista oficioso de Melilla.
No hubo nada que hacer y el problema, insisto, no eran las autoridades marroquíes con las que mis amigos mantenían unas excelentes relaciones, sino el embrollo jurídico que hacía imposible, en aquel momento, determinar dicha titularidad. Por cierto en un viaje a Melilla en el que visité, como siempre, a mis amigos citados, me acompañaba Carles Salmerón; no nos pudimos llevar ninguna máquina, pero la comida en Los Salazones, no nos la quitó nadie
Saludos cordiales