Una de las cosas que se están perdiendo con el mayor uso de los automotores es poder ver la maniobra de enganche de la locomotora al material remolcado desde la cercanía del andén.
Ver cómo enganchaba el husillo, apretaba la rosca, acoplaba las mangueras de freno, tiraba de la palanca y sonaba el aire a presión durante unos ensordecedores segundos.
Finalmente el operario salía de un lugar tan angosto y ruidoso pasando a veces por debajo de los topes para subir al andén que no tiene una escalera precisamente.
Unos de los vestigios del ferrocarril de ayer y todavía de hoy.

- Autor: Elentir
Uno de los últimos Trenhotel que salieron de Vigo Urzáiz una vez acoplada la 333.

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