Fantito escribió:
turbosoplante escribió:
Podemos hacer dos cosas: ser constructivos y trabajar en un libro sobre material remolcado, o no hacer nada y quejarnos de lo "mal" que lo hacen siempre los demás... (aclaro que el comentario va con el mejor buen rollo del mundo, Alfred

).
Saludos,
Jordi.
Ya sabes que no soy de los que se quedan sentados esperando a que le hagan las cosas. Siempre que puedo expongo mis ínfimos conocimientos, que a lo largo de estos años he ido aprendiendo, sobre los coches de pasajeros.
Desde el sábado que ya obra en mi poder el libro.
Incluso dando por bueno el comentario de fantito, la obra expresa con claridad meridiana la realidad de aquellos años, claro está para los que no tuvimos más remedio que vivirlos. Una época de cambios en el horizonte que no se sabía hacia donde nos encaminaban, hoy es facil, a toro pasado, decir que si se podía haber hecho tal o cual, pero en su propio contexto ninguno éramos capaces de vaticinar el futuro (ni siquiera el Uri heller). Los coches no era lo más importante, lo eran las locomotoras de vapor y eléctricas a 1500V= con fecha real de caducidad delante mismo de nuestras narices, por lo que no había tiempo que perder en lo que considerábamos, acertadamente, nimiedades. También los automotores eléctricos serie 300 ex norte y otros de análogas características, asi como los diesel como renaults, litorinas o TAFS. Sin olvidar los tranvías cuya reintroducción sigue suscitando apasionadas polémicas.
La mayoría de los trenes de viajeros ya estaban dieselizados y las japonesas ya habían irrumpido en nuestra geografía ferroviaria, por lo que los convoyes a fotografiar eran casi en su totalidad mercancías. La protagonista principal de las imágenes era en todos los casos, la tracción. Era el signo de los tiempos.
Si hoy los coches de viajeros aparecen como perdedores, no lo eran en aquel entonces. Lo que hoy representan estos vehículos lo representaban ayer los que aparecen mayoritáriamente en el libro. Dedicar un solo espacio de más a ello sería pues, anacrónico y devirtuaría a mi entender, el sentido de la publicación.
Cabe señalar también que no estamos hablando de fotógrafos profesionales al sevicio de grandes publicaciones o entidades públicas y privadas. Éramos un puñado de aficionados muy jóvenes que trabajábamos durante la semana de lunes a sábado, dedicándonos a la foto ferroviaria los fines de semana y festivos con unos medios muy precarios y un gran entusiasmo y afición, no nos podíamos permitir ningún lujo (Maristany era la excepción que cumplía la regla) por lo que nadie nos obligaba a hacer nada ni nadie puede criticar deficiencias (Que las hay indudablemente) puesto que quien hace lo que puede no está obligado a más. Aun gracias con lo que hay, o sea que al que le guste, pues muy bien y al que no......ya sabe (de uno en uno o en tropel).
Es en definitiva lo que hay (o lo que había), no otra cosa y no tiene nada que ver con lo que nos hubiera gustado ni antes ni ahora. En una conversación de café o entre coleguillas se pueden decir muchas cosas pero en una publicación que pretende ser seria no se pueden confundir deseos con realidad y este libro cumple con las espectativas.
Sea bienvenido y esperemos que no sea el último en su género.