tranvialaloma escribió:
Disculpad mi ingnoráncia, ¿pero nunca han existido tamagochis basados en automotores MAN 592?. No me extraña que los 596 actuales, basados en FIAT reformados dén tantos problemas mecánicos dado que también los tenian cuando eran enteros, (593).
Si fabricasen ferrobuses basados en la mecánica de los MAN 592 a bien seguro que no saldrian rana.
Saludos.
Hola. Nunca se transformaron unidades 592 en vehículos de coche único como la serie 596, a lo más que se llegó fue a reaprovechar coches de composiciones accidentadas para hacer unidades de tipo reducido, y por eso hay 3 unidades 592 de solo dos coches, 592-201, 592-301 y 592-302. Pero trenes de coche único, nunca.
Los 596 fueron un intento de reaprovechar y prolongar la vida útil de las unidades 593 para convertirlas en un vehículo adecuado para líneas de débil tráfico, puesto que a mediados de los noventa ya se habían dado cuenta de que pasear trenes de 3 coches que no alcanzaban ni un 25% de ocupación era una ruina. El problema es que los trenes estaban ya muy cascados cuando se les hizo la transformación, pero no porque fueran unos malos trenes, tal como dice el ingeniero de RENFE Javier Nicolás Esteban en el prólogo del libro de los 593 de Juan Carlos Casas, el problema estaba en que no todo el mundo tenía el mismo tacto a la hora de meter las marchas y acelerar y, sobre todo, en el deficiente mantenimiento que se les dio y que, como en otros casos, provocaron una muerte prematura (léase locomotoras 340 ex 4000). Es decir, que el rendimiento no dependía tanto del tren en sí, como de las manos que los tocaban (maquinistas y personal de talleres) y también de los servicios a los que se asignan. Siguiendo brevemente con el ejemplo de las 340, éstas eran unas locomotoras para trenes rápidos y ligeros, como los trenes de viajeros; sin embargo, la llegada de las 333 y la falta de calefacción eléctrica al tren hicieron que fuesen relegadas a trenes para los que no estaban diseñadas, tal como los omnibuses y trenes de mercancías, y ahí empezaron las averías en las tranmisiones. Pues con los 593 sucedió algo semejante.
El problema que tuvieron los 593 de siempre fue el no tener cambio de marchas automático o semiautomático, como el tipo Wilson de los autobuses Pegaso de la época, que hubiera hecho que resultaran mucho más fiables, al depender de un sistema automático y no del tacto de cada uno el cambio de marchas. En algunos casos se quemaron embragues porque los maquinistas a veces se dejaban una marcha metida con el tren parado, y con un disco rotando haciendo fricción sobre otro detenido el resultado era sobrecalentamiento y posterior incendio. Otro gran problema que tuvieron las UT 593 fue que el pequeño cardan que accionaba los distintos órganos auxiliares del motor (bomba de agua, compresor, etc.) se rompía con mucha frecuencia y obligaba a realizar soldaduras muy complicadas. Si RENFE hubiera cambiado antes este sistema por uno de cadena (como en las motos) esta avería hubiera desaparecido casi para siempre del historial de la serie 593.
Pero sus innumerables problemas mecánicos no se pueden achacar a un mal diseño, puesto que las unidades 593 se basan en la serie ALn 668 de los Ferrocarriles Italianos, un tipo de vehículo que en 1978 estaba ya muy experimentado por FIAT y la FS, y de hecho se habían hecho exportaciones a otros países. El prototipo salió de la nave de Milán en 1956 y la serie, con sucesivas mejoras, sigue hoy en día en plena forma, pues los ALn 668 siguen en servicio en Italia. Los problemas de los 593 derivan, como siempre, de una mala utilización y peor mantenimiento por parte de RENFE: una transmisión mecánica como la del 593 es ideal para trayectos largos con pocas paradas, como los servicios Rápido Automotor de los años 80. Sin embargo, hubo que destinar a este servicio las unidades 592, de transmisión hidráulica, más apropiada para servicios tipo Tranvía con más paradas, por la sencilla razón de que los 593 tenían un depósito de 600 litros y los 592 de 900. Por ello, para servicios largos, por autonomía resultaba mejor la serie 592, pero por rendimiento mecánico, la serie 593 era mejor para los servicios Rápido Automotor. Y por destinarlos a servicios de cercanías, con aceleraciones, cambios de marcha y frenadas casi constantes, empezaron los desgastes prematuros de las cajas de cambio, los embragues, etc.
Cuando se hizo la transformación a la serie 596 los primeros salieron exactamente iguales a los 593, es decir, con cambio manual, afortunadamente en las sucesivas transformaciones se fue imponiendo el cambio automático, de hecho prácticamente todos los 596 que están apartados/desguazados son de los primeros, es decir, con el sistema de conducción original. Los de conducción más automatizada siguen más o menos en la brecha.