La victimas van desapareciendo de los titulares, el tren accidentado ya no se encuentra el el lugar del suceso, el maquinista ha dado una lección de hombría de bien, ahora se enfrenta a su destino, ya se ha abierto la caja negra para confirmar lo que aproximadamente ya sabiamos; pero alli sigue un tramo de 220 Kms/hora que termina abruptamente en una curva de 80 Kms/hora. Seguramente habrá unas cuantas configuraciones así de peligrosas en el pais.
Me cuesta entender como es posible que esa curva haya estado durante tanto tiempo ( al menos un año para los Alvias ) tan gravemente desprotegida frente a fallo humano.
Pienso que la justicia aqui se ha de preguntar si, en terminos de señalización vial (del tipo que sea, las vidas humanas no entienden de sistemas), se ha actuado con la competencia que exige el buen oficio, y si se comprueba que no ha sido así, llamar a las cosas por su nombre, encausar a quien proceda, para que quede claro de que estamos hablando en lo que se refiere a la responsabilidad profesional de cada cual.
Me causa verguenza leer como en pleno siglo XXI, en la era digital, un meritorio maquinista describe como gestiona una frenada de esa envergadura sin más soporte que el que se viene dando por bueno desde hace décadas, cuando las velocidades eran otras. Es decir, hoy con 360 Tm de convoy a 200 Kms/hora, seguimos sin mas soporte que el libro horario, y el cuentakilómetros :
"Estás circulando a 200 kilómetros por hora y antes de llegar a un punto kilométrico determinado, que ahora mismo no podría decir cuál es, hay que ir reduciendo para pasar por ese punto a 80 por hora. Esto aparece indicado en el Libro Horario, que es un libro que hay que llevar en la cabina por normativa y que hay que estar viendo continuamente. Al ser un recorrido que hago con habitualidad, cuando veo que me acerco a ese punto, ya reduzco la velocidad de una forma más o menos mecánica e intuitiva”."
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/30/galicia/1375141713_867254.htmlLo paradójico, es que seguramente el maquinista, con esta actuación, de buena fe estara intentado dar una muestra de profesionalidad, a la par que, seguramente, ha tenido que ver pasar 365 días sin que nadie de su equipo de seguridad se haya molestado en hacer algo incluyendo, a una distancia prudencial del punto final de la frenada, un aviso optico o electronico que le ayudara a estar más seguro de que al pasar por alli iniciaría la frenada a tiempo. A veces ese es el problema de los técnicos, viven tan orientados a hacer y preocupados por hacerlo bien, que no les queda tiempo para detenerse y ver el conjunto.
Segun lo veo estos son los hechos desnudos, ojala los sigamos viendo así de claros hasta que se remedien y no hasta que el tiempo y el olvido vuelva a camuflarlos con la consabida maraña tecnologico-verbal.