Buenos días.
A este interesante debate quiero añadir algunos conceptos que, a mi entender, afectan a todo esto.
Efectivamente, en su momento el papel que jugó la "vieja" Ibertrén fue determinante para la popularización del tren en miniatura. Algunos que ya éramos "fervientes practicantes", nos pasamos sin dudar al 3N tras desprendernos de la más o menos modesta colección en H0 3 carriles. Bueno, no toda, porque la Mikado y el TAF de Payá siguen en mi poder. Disponer de máquinas, coches y vagones de Renfe era demasiado atractivo. Y el remate vino al empezar a fabricar en 2N. Y no mucho más tarde, volvimos al H0 en 2 carriles, ya con material H0 de Ibertrén y Electrotrén, etc etc etc...
Actualmente, hay cajas de iniciación de calidad superior a aquel Ibertrén, y sin embargo no parece que cuaje de la misma manera. ¿Por la actual situación económica, con tanta pobreza e incertidumbre? Puede, pero por aquella época, los trenes eran un producto muy caro, al alcance de pocas economías. Hay otros factores que hacen la situación muy diferente. Por entonces, era posible acercarse a los trenes, tocarlos, subir a ellos sin necesidad de tener un billete. Ahora todo está blindado, no puedes ver de cerca un tren si no eres poseedor del preciado y nada barato billete, los vigilantes jurados parecen perros guardianes que nos miran como a delincuentes... etc. En una palabra, el tren nos lo han puesto mucho más distante y prohibido.
Y otro factor, este más subjetivo, es la atracción que producen unos vehículos que parecen aviones, por no usar otros términos que pudieran resultar peyorativos, como impersonales, supositorios, anodinos, etc. Soy consciente de que hay aficionados a quienes gustan los trenes de época V o VI, pero en cualquier estadística se puede ver la proporción: a la mitad o más nos gusta la época III. El vapor o los remaches tienen una impronta que no tienen otros trenes.
Finalmente, la cantidad de aficionados españoles es mucho más reducida que en Centro-Europa o Estados Unidos. Esto se ha debatido infinidad de veces al valorar los precios, pero los fabricantes y comerciantes necesitan SI o SI rentabilidad. Los intereses bancarios, la falta de crédito, los altos impuestos que pagan las pequeñas y medianas empresas en comparación con las grandes, son otras "perlas" con la que tienen que luchar los fabricantes. Hay que hilar muy, pero que muy fino para dar con el producto adecuado.
Respecto a lo acertado o no de la salida de Jordi Hernández de la firma Ibertrén, creo que es un poco atrevido opinar sobre ello. Quien conozca de primera mano la versión de una de las partes, no conoce la de la otra. Si el Sr. Hernández era un buen fichaje, ¿por qué iba a desprenderse de él una empresa a quien produce rentabilidad? Y si tomó alguna decisión equivocada que pudiera suponer pérdidas, es entonces lógico que prescindiesen de sus servicios. En fin, es fácil opinar cuando se ven los toros desde la barrera.
Por otra parte, Ibertrén no ha sido el único en echar el cierre, si es que finalmente cierra. Otros tuvieron que dejar de fabricar, y otros han tenido que reducir alarmantemente la producción. ¿O es que Electrotrén ha sacado al mercado todas las novedades anunciadas? Y no hablo de la 7700, sino de modelos ya hechos en su práctica totalidad, como la 7200 y 7500, o la 269. No me parece arriesgado afirmar que en 2013 Mabar se ha llevado la palma en cuanto a novedades.
Pues nada, ya he soltado el rollo, así que aquí lo dejo.
Saludos cordiales.