A mí estas preguntas siempre me producen la extraña sensación de que tienen truco. Evidentemente, creo que cualquier persona cabal dirá que prefiere la actualidad. Ahora bien, ¿no es un poco torticero relacionar el tipo de servicio y material ferroviario con el entorno?
¿Hasta qué punto el estado de la primera foto no es debido en mayor medida a la nula planificación urbanística y al deshumanizado desarrollismo del régimen franquista a partir de los años 60 del siglo XX cuando el ladrillo y el cemento comenzaron su frenética carrera hasta los extremos absurdos a los que hemos llegado hoy? ¿Dónde está esa "zona de transición" que puede verse en multitud de países europeos y que garantiza la convivencia entre el servicio ferroviario y la ciudad/el pueblo/las personas?
En España, desgraciadamente, la avaricia de muchos ha eliminado esa posibilidad, cuando no ha obligado a soterramientos absurdos en muchos casos. Sin embargo, siempre nos quedará Europa, como en la siguiente foto, para ver que otro tipo de ciudad habría sido posible. Lo cual, no es, ni mucho menos, responsabilidad del ferrocarril, sea del tipo que sea.

Saludos
Carrington, que con la primera foto a vuelto al barrio de sus abuelos de su infancia
Al parecer, talibán de la explotación ferroviaria a escala. A pesar de eso, me gusta un buen plato de spaghetti. De los de verdad.