Es una pena que por intereses "ocultos" el ferrocarril en España tenga un futuro más negro que el sobaco de un grillo, salvo servicios "de interés general" como las cercanías y los políticamente rentables como el AVE. El resto de servicios tienen un futuro poco esperanzador, por más que los políticos de turno digan cada dos por tres que hay que fomentar el ferrocarril en todas sus facetas, pero luego esas intenciones no se traducen en hechos tangibles. Lamentablemente, las propuestas hechas más arriba de ceder a empresas privadas algunas de las líneas cerradas, como la Vía de la Plata o el Valladolid - Ariza son, en el momento presente, inabordables. Dichas líneas, junto a todas las clausuradas el 1 de enero de 1985, fueron desafectadas en octubre de 1995, por lo que desapareció el sostenimiento de dichos bienes al régimen de dominio público, incorporándose al régimen patrimonial. Es decir, que se dejó sin efecto la expropiación llevada a cabo en su día para construir las infraestructuras, y oficialmente dejaron de ser ferrocarril, aunque durante mucho tiempo conservasen los raíles. Habría que llevar a cabo nuevas expropiaciones para que dichas infraestructuras volviesen a ser legalmente ferrocarril, y no creo que el Estado se vaya a meter en berenjenales de expropiación de terrenos para construir líneas no-AVE. Para éstas y para autopistas privadas de peaje sin coches sí se mete en líos y se compromete, por más que hayan dicho que "el Estado no va a poner ni un solo euro", a respaldar económicamente las aportaciones hechas por inversores privados si el proyecto fracasa (como la AP-41), cuando, al estar financiado mediante un proyect finance*, los acreedores (los inversores que han hecho las aportaciones) no tienen derecho sobre los bienes de los patrocinadores (aquellos para los que el objeto del proyecto constituye su negocio principal) más allá que los activos del proyecto, por lo que si el proyecto quiebra, pueden dar el dinero por perdido, y como mucho tienen, legalmente, derecho a hacerse con el control del proyecto. Es una pena, pero es así, para carreteras siempre hay dinero, pero para el ferrocarril, cualquier inversión siempre es elevada, salvo si es para el AVE.
(*) Un Project Finance es un mecanismo de financiación de inversiones cuyo fundamento es la capacidad del proyecto para generar flujos de caja positivos y no la solidez y solvencia de los patrocinadores, que son quienes proponen la idea de negocio que constituye el proyecto que hay que financiar.