Serie252 escribió:
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El avión es competencia directa para el ferrocarril , sean los trenes diurnos o nocturnos. Acaso las aerolíneas de bajo coste no son competencia en rutas donde circulaban THs o Estrellas?
No, el avión, sea low-cost o aerolínea convencional, no es competencia directa para el ferrocarril en todos los casos, y mucho menos en el caso de las relaciones nocturnas, porque viajar en TrenHotel o Estrella supone poder dormir toda la noche de un tirón, sobre todo si se hace el recorrido entero, de origen a destino. Mientras, el avión supone o un madrugón del copón para estar a tiempo en el aeropuerto, o tener que pernoctar en un hotel en la ciudad de destino desde el día antes, con el sobrecoste que ello supone. Tal y como ha dicho otro compañero, sin una relación nocturna, si quieres estar en la otra ciudad antes de las 8 o las 9 de la mañana (algo muy habitual en viajes de negocios) solamente hay dos opciones, las que acabo de citar: madrugón para coger el primer vuelo que haya o viajar el día anterior debiendo pasar una noche de hotel. Por eso el avión de media distancia (entre 500 y 1.500 km) no es competencia para un tren nocturno que haga un recorrido similar, mientras que para un tren de alta velocidad diurno sí. Por eso fue un error cargarse los Tren Hotel Madrid - París y Barcelona - París, porque permitían salir de Madrid o de Barcelona a última hora de la tarde y estar en París a primera hora de la mañana (¿dónde están los servicios de alta velocidad Madrid - París que se suponía que iban a suplir al "Paquito"?). Tal vez otro planteamiento del servicio, como la incorporación de remolques con literas en detrimento de la Gran Clase o la clase Preferente, hubiera hecho al tren más atractivo y el volumen de viajeros hubiera sido mayor, y no hubiera habido manera de justificar su supresión por falta de rentabilidad.
Además, para determinar si un medio de transporte es competidor directo de otro no solamente hay que tener en cuenta que el recorrido sea el mismo o similar, hay que añadir factores como el tiempo de viaje, el horario, los costes asociados de cada opción (no es lo mismo tener que alojarte en un hotel que poder dormir toda la noche en el propio tren), así como otros factores intangibles como el hecho de poder llegar a destino más o menos descansado o hecho polvo ya en el comienzo del día. Si yo quiero estar en Barcelona (vivo en un pueblo de Madrid) antes de las 8 de la mañana y me quiero ahorrar una noche de hotel en Barcelona, sin el Costa Brava eso supone tener que estar en Barajas antes de las 7 para garantizar que puedo facturar y pasar el control de seguridad con suficiente antelación. Si voy hasta Barajas con mi coche tengo que pagar el parking, que no es barato, o darle por saco a alguien conocido para que me acompañe y se lleve mi coche; la opción del transporte público supone un coste adicional de 5€ en el caso del autobús Exprés de la EMT. Esto además implica llegar de madrugada a Madrid, aparcar el coche donde no haya parquímetro y buscarte las mañas para llegar a alguna de las (escasas) paradas donde se puede coger este servicio. En el AVE es imposible viajar entre Madrid y Barcelona y llegar antes de las 8 de la mañana; el primer servicio llega a Barcelona a las 8:40 y en sentido contrario el inverso llega a las 8:20. En ambos casos el madrugón es equiparable al de la opción aérea, por lo que el resultado es el mismo: llegas a destino hecho una piltrafa. Por eso, para determinados tipos de viajes ni el avión ni el AVE son una opción muy adecuada. El horario del Costa Brava permite viajar "cómodamente" y descansando, y llegar a la otra ciudad poco después de las 7 más o menos fresco, desde luego mucho más que después de un madrugón a las 4:30 o las 5 que supondría la opción aérea. Es cierto que la opción del Costa Brava implica también dónde metes el coche al llegar a Madrid, pero el servicio de transporte público no es el mismo a las 4 de la mañana que a las 6 de la tarde, además de que no te trastoca tu horario de sueño habitual.
Así que mi conclusión es que no, los distintos medios de transporte no son competidores directos solamente porque el recorrido sea el mismo o meramente similar y los precios comparables.