Vamos a completar el montaje y “funcionalización” de la rotonda (perdón por el palabro).
Como comentaba en el post anterior, los carriles del puente giratorio y los de las vías que le dan acceso, proceden de las vías baratas de la colección de Salvat. No son lo mejor del mundo, pero son gratis (ya las tenía) y cumplen su cometido. Para sustituir los pukos, he colocado un tercer carril en el medio, que me asegura un contacto más fiable. Como la vía va a ir prácticamente enterrada, la única parte visible de este tercer carril será su superficie de contacto. Y, como dice Topero, siempre podemos imaginar que es una vía de doble galga.
En la recta de acceso al puente he excavado el pozo para las escorias. Lamentablemente el tercer carril lo atraviesa longitudinalmente. Es una de las cosas que más me molestan del sistema Märklin, pero qué se le va a hacer. Resignación.




Ya metido en harina en el puente, los carriles han sido cortados a medida y todos los segmentos reciben un cablecillo soldado por la base del carril. A pesar de que soy un negado soldando, lo cierto es que no he tenido ninguna dificultad con esto.
Una vez soldados, practicamos unas ventanas en el suelo del puente giratorio y pasamos los cables. Finalmente, los carriles van cuidadosamente pegados con cianoacrilato.
Por la parte inferior del puente podemos ver la disposición de los cables. Los cables rojos (carril central) se dirigen al eje del puente, mientras que los marrones (masa) van a los extremos.
La continuidad eléctrica se consigue por un sistema de mi invención, algo complejo pero funcional que ahora describiré. Antes de eso comentaré que mucha gente utiliza un conector tipo “jack” como el de los auriculares estéreo para alimentar este puente giratorio. El problema de eso es que obliga a reconstruir completamente el sistema de giro, y la verdad es que no estaba muy por la labor. No obstante, si vuelvo a construir otro puente como este, tal vez pruebe ese sistema.
El mio consiste en soldar los cables rojos a una arandela que se coloca sobre el pivote de giro, que pasa a través del ojo de la misma. En el lado del suelo, otra arandela gemela lleva el cable de alimentación. Al montar la rotonda, una arandela gira sobre la otra asegurando la continuidad eléctrica.
La masa por su parte se dirige por sendos cables a los extremos del puente, donde se encuentran los bastidores de las ruedas. Bajo ellos he colocado unas chapitas de latón que, a su vez, contactan con otras pegadas al suelo. Ha requerido bastante ajuste para funcionar, pero ahora va bien.











