Francamente, ni lo entiendo ni lo puedo entender.
Antes: Tiza que se cogía en el cole o el cascote de yeso de unos escombros.
Después: Sprays.
Antes: paredes o tapias no transitadas ni visibles (casas abandonadas o en ruina).
Después: En cualquier sitio.
Antes: Un día de lluvia o un cubo de agua.
Después: Cuadrilla con multitud de potingues químicos para disolver, y tras ello, pintar de nuevo.
Antes: Niños.
Después: De todo.
Y para colmo, una cadena de juguetes saca, como edición especial, un conjunto de vagones grafiteados.
