LAS LOCOMOTORAS ALASKA DEL FERROCARRIL DE LANGREO
En Enero de 1958 se embarcaron en Witthier (Alaska) un grupo de catorce locomotoras de vapor usadas, que la Administración de Cooperación Internacional (ICA) había cedido al Ferrocarril de Langreo a través de la Misión Americana en España y el Ministerio de Obras Públicas. Las catorce habían circulado en el Alaska RR y diez de ellas habían prestado servicio en la US Army. Cinco eran Lima 140, y el resto Baldwin, cinco 140, tres Mikado 141 y hasta una Pacific 231.
Para realizar la importación, el Instituto Español de Moneda Extranjera cedió los 17.676 dolares que importaron los gastos de muellaje y demás en Witthier y se aprobó la concesión de los 100.000 que importaban los fletes.
Las locomotoras llegaron, atravesando el canal de Panamá, en el buque “Belbety”, perteneciente a una compañía Noruega especializada en este tipo de transporte y capaz de realizar la carga y descarga de las locomotoras sin auxilio de las instalaciones portuarias, ya que eran tan enormes que en el puerto de Gijón no había grúas capaces de desembarcarlas.
En realidad, sólo cuatro de las tipo 140 construidas por Lima pudieron ser puestas en servicio, y además previos trabajos de ensanche de gálibo, especialmente en el túnel de Carbayín, porque no cabían por algunas obras del ferrocarril. El resto, incluía, otras ocho 140, tres enormes 141 “Mikado” y hasta una gran 231 “Pacific” para trenes pesados de viajeros a gran velocidad, lo que llama la atención en un ferrocarril que tenía apenas 50 kilómetros de vía (mala vía), que hacía un servicio casi de cercanías y con velocidades medias que apenas superaban los 25 kilómetros por hora.
Las cuatro puestas en servicio lo fueron tras grandes trabajos de reparación en los talleres del ferrocarril en Gijón, que se hicieron una por una, de tal manera que fueron puestas en servicio una por año, la primera en 1960 y la última en 1963. En concreto, por orden de puesta en servicio, fueron la 404 (Lima 7877/1942) en 1960, la 405 (Lima 7875/1942) en 1961, la 406 (Lima 7876/1942) en 1962 y la 402 (Lima 7880/1942) en 1963.Luego apenas funcionarían unos años, porque a mediados de los sesenta la adquisición de locomotoras diesel las relegó definitivamente.
De las otras diez, aunque se hubiesen adquirido en previsión de su uso una vez eliminado el plano inclinado, cuyas obras de supresión se realizaban por entonces, no llegaron siquiera a entrar en talleres. Además, por su estado previo y enorme tamaño, hubieran exigido un alto coste de reparación. Obviamente, nunca llegaran a ser puestas en servicio.
Una y otras, tras apartarse en diversas estaciones (Aboño, Florida, Gijón y Pinzales) se desguazaron años después.
Las razones de adquirir este peculiar lote siguen siendo un misterio, porque por la época que llegaron, su tamaño, estado y características es difícil admitir que un técnico mínimamente cualificado pensara que se podían utilizar en el Langreo.
Los rumores sobre las razones ocultas de esta inaudita adquisición, se relacionaron con un episodio de corrupción vinculado a la operación de su transporte, e incluso se ha relacionado el incendio que destruyó las oficinas y archivo del ferrocarril en Gijón en 1961, con la intención oculta de hacer desaparecer la documentación relacionada con este asunto, Nada ha podido ser demostrado hasta hoy.
Texto cortesía de: Javier Fernández López
- Adjuntos
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- EL MUSEL, año 1960. Sin datos de autor
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- La 404 en GIJÓN 21-5-1960. Peter Gray
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