Llegamos al la boca norte del túnel de la Perruca.
Que es el túnel número 11.
Tras más de tres kilómetros y medio de túnel divisamos la luz al final.
En una ocasión llevé un tren tan pesado, creo que era un carbonero desde Avilés, que no conseguí alcanzar el final del túnel y me quedé parado tras dos kilómetros, la 251 no conseguía avanzar en el último kilómetro de la rampa.
Pero esta vez si salimos por la boca sur.
A partir de ahora es todo bajada y tocará tirar de freno dinámico, además aquí siempre está nevado.